Blake
- ¿Qué se te antoja?- dice Alexander mientras caminamos con un carrito.
- Mmm.- lo pienso un momento.- Hace poco vi una receta, no la hice porque la verdad no tenia tiempo y mucho menos los ingredientes.
- ¿Cuál era?- sus ojos azulados intensos caen sobre mí.
Hace mucho que no siento ese cosquilleo en el estómago.
- Tarta de tocino.
- ¿Tienes los ingredientes a la mano?
- Sí, deja buscarlo.- me aparto del carro para buscar en mi celular lo que se necesita para preparar la tarta.
Cuando suelto el carrito él lo toma y juntos caminamos por los pasillos.
- Aquí están.- le paso mi celular.
- Harina, leche en polvo, mantequilla, sal, tocino, cebolla y jamón. Bien, no está tan difícil.
- ¿Sabes cocinar?- abro un poco los ojos.
- Sí, cuando me mude tuve que aprender a hacerlo y todo lo demás.- me muestra una sonrisa de lado.
- Eso es algo nuevo de ti.
- Que no te sorprenda chimuelo.
Ese seudónimo, ese maldito seudónimo que tanto me había costado olvidar para que llegue Alexander y lo diga como si nada, que remueva las partes de mi corazón a su antojo.
- No me digas así.
- Bien, lo siento.- veo como sus manos aprietan fuertemente el carro.
- Vamos a buscar los ingredientes.
- Sí.
Después de estar casi una hora en el supermercado, finalmente nos vamos a casa.
Finalmente llegamos a ella, nos bajamos y le ayudo con las compras que hemos hecho.Y de un momento a otro ya nos encontramos en la cocina preparando la comida.
- Mezcla la harina y los huevos, creo que también se le agregan los demás ingredientes.
- Bien.- hago lo que me pide.
- Que bonita casa, no te lo había dicho.- me ve fugazmente antes de regresar su vista a su tarea.
- Gracias. ¿Tú dónde estás viviendo?
- A unas cuantos minutos de aquí.
- Oh.- es lo único que digo.
Preparamos la cena en silencio, una vez que esta lista nos sentamos en la mesa y comenzamos a comer la deliciosa tarta.
- Huele bien.- suelto mientras sirvo agua.
- Lo sé.
Tomo siento y me sirvo un poco de lo que hemos creado.
- Tengo una duda.
- ¿Cuál?- pasa su bocado.
- ¿Cómo están Ryan y Jasper?
- Esos dos.- sonríe de lado.- Están bien.
- ¿Solo bien? ¿No me darás detalles ni nada de eso?- mi voz sale triste.
- ¿Qué quieres saber de ellos?- sus codos están sobre la mesa, sus manos entrelazadas y sus ojos están puestos sobre mí intensamente.
- Todo.
- Mmm.- toca su barbilla mientras frunce el ceño.- Jasper logró ser abogado y sí esta en Nueva York, el bastardo lo hizo.- se ríe un poco.
Su risa manda una ráfaga de emociones en mi interior, hace bastante tiempo que no escuchaba esa risa que tanto me gustaba.
- Ryan... él también logró lo que quería, sigue soltero, como siempre.- pone los ojos en blanco.
- ¿No tiene a nadie?- abro los ojos con sorpresa.
- No, sale y se divierte, pero no quiere estar con nadie, aún, o bueno, eso fue lo que él me dijo.
- ¿Y abrió esa librería que tanto deseaba?
- Oh sí, se llama Library Barnes.
- ¡Eso es genial!- me rio.
- Lo sé, al parecer es feliz con su librería.- su sonrisa se engancha.
Nos reímos como si fuéramos amigos de toda la vida, hasta que poco a poco nuestro sonido se va haciendo cada vez más bajo hasta desaparecer.
- Te extrañaba Blake.- dice con su voz ronca.
- Alexander...
- Extrañaba reírme así, ser yo a tu lado, estar siempre contigo como lo estaba en preparatoria.
- Pudimos haber tenido algo si no fuera porque me mentiste.
- Blake.- lo corto.
- Yo no destruí nuestra relación Alexander, fuiste tú.- mi voz sale como un hilo.
- Y estoy de vuelta, aquí estoy, frente a ti, esperando a que me perdones.
- No es tan fácil.- aparto la vista de él para que no vea que mis ojos arden.
- Lo sé, pero el tiempo que sea necesario te esperare hasta que estes lista. Ya aguarde por ti seis años. ¿Qué serán unos meses más?- suelto pequeña una risa.
Nos quedamos callados, pero el silencio esta vez no es denso ni incómodo, sino... agradable.
- En San Valentín tengo planeado que los niños hagan cartas para las personas que les gusten.- digo después de una larga pausa.
- ¿Ah sí?
- Sí, las cartas serán anónimas.
- ¿Y qué pondrán en ellas?- dice mientras toma agua.
- Lo que sea que ellos quieran decirle a la otra persona, sus sentimientos y todo eso.
- Suena bien.- sonríe de lado.
- Sí, me encargare de repartirlas en la tarde.
- ¿A qué hora entras a trabajar?
- A las siete.
- ¿Y a qué hora podrán entregar las cartas?
- A la hora que sea, ya que en la puerta de mi salón pondré un letrero que diga "Correo del amor"
- ¿Correo del amor?- alza una ceja mientras suelta una risa burlona.
- No te rías, es un buen nombre.- sonrío.
- Es un nombre patético.
- No lo es.
- Sí.
- No.
- Sí.
- ¡Ya!- se ríe más fuerte.- El caso es que ahí podrán poner sus cartas, dejaré una canasta sobre mi escritorio.
- Espero que todo salga bien.
- Gracias.
Después de una larga charla, finalmente llega el momento de que Alexander se vaya a su casa.
No sé en que momento el sol se comenzó a ocultar, al parecer nos quedamos hablando por más de dos horas sobre los asuntos del pasado y de los futuros.
- Nos vemos después Blake.- dice mientras mete su manos en las bolsas de su pantalón.
- Nos vemos después Alexander.
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Bajo las estrellas
Novela JuvenilUn pasado, una historia, un amor que resultó ser doloroso pero duradero. Después de seis años de estar separados, por fin se reencuentran, por fin sus corazones vuelven a estar completos. ¿Pero ella podrá aceptarlo de nuevo en su vida?