Blake
- ¿Dónde vives?- pregunto mientras vamos en carretera.
- En Griswold Garden.
- He escuchado de ese lugar, es caro ¿No?
- No.
- Claro, se me olvido que para ti nada es caro.- suelto un bufido.
- Realmente no es tan caro.- ni si quiera me da tiempo de contestar porque nuevamente habla.- Llegamos.
Nos bajamos de su auto y juntos caminamos hasta estar dentro del lugar.
Este es espacioso, frente a mí tengo un sofá color café, al lado de este hay uno más pequeño y una mesa de vidrio con algunos papeles, también hay una televisión grande y una pequeña cama en una esquina.- ¿Ahí duerme Oreo?- la señalo.
- Debería de dormir ahí, pero siempre se viene a mi cama.- pone los ojos en blanco.
- ¿Dónde está?
- No lo sé, tal vez este en mi habitación, vamos.
Caminamos hacia el pequeño pasillo que esta al lado del sofá, frente a mí hay un armario café, a mi izquierda se encuentra el baño y a mi derecha su habitación.
Entramos en ella y me percato de que su cama está en el centro, también tiene una mesa con algunos papeles en ella, un armario y ropa tirada.
- No he tenido tiempo de acomodar las cosas.- dice mientras se acerca a la cama y quita las sabanas.
- Está bien.
- Aquí estás gato feo.- saca a un pequeño gatito con una mancha en su ojo.
- ¡Es hermoso!- chillo.
- ¿Sí?- lo mira mal.- Toma.
- ¿Y si me rasguña?- me alejo un poco.
- No te pasará nada.- se acerca a mí.
- ¿Y si me odia?
- Que no.- conforme me alejo él se va acercando cada vez más.
- Me da miedo que no me quiera.
- Vamos Blake, no tengas miedo.- siento como la pared choca contra mi espalda.
- Pero.- me corta.
- Es un gatito, dame tu mano.
Lo pienso un momento para después poco a poco estirarle mi mano, la toma y con cuidado la lleva hasta que que finalmente toco al gato, este es suave y demasiado esponjado.
- Ves, no pasó nada.- relajo mis hombros.
- Es muy suave.
- Sí.
Siento el peso de su mirada, tengo miedo de levantar la vista, pero mi curiosidad de encontrarme esos ojos observándome me gana.
Su mirada penetrante cae sobre mí, su mano sigue sujetando la mía, mi respiración se va agitando, mi corazón aumenta su ritmo y pronto nos sumergimos en un silencio agradable.
Quiero retirar mi mano, pero mi cuerpo no reacciona a mis pensamientos.
- Deberíamos de darle de comer.- contesto al fin.
- Sí, deberíamos.- suelta con su voz ronca.
- ¿Dónde está su comida?- poco a poco se va acercando más a mí.
- En la cocina, hay una sección para él.- tengo que alzar mi cabeza para no romper con el contacto visual.
- Vamos.
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Bajo las estrellas
Novela JuvenilUn pasado, una historia, un amor que resultó ser doloroso pero duradero. Después de seis años de estar separados, por fin se reencuentran, por fin sus corazones vuelven a estar completos. ¿Pero ella podrá aceptarlo de nuevo en su vida?