Capítulo 8

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—Creo que la bebida ha hervido en mi vaso

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—Creo que la bebida ha hervido en mi vaso.

—Deberías beber con prisa, tus tragos son muy pequeños, Arley.

La bebida de Neville por su lado parece haber hecho el efecto adecuado. La parte de mí que se colma de nervios quisiera estar perdiéndose en medio de ese tumulto de personas en la sala, sin embargo me encuentro pasando la bebida amarga con disgusto por mi garganta en la espera de que algo en mí cambie.

—Lo sé, aún soy nueva en todo esto —bebo otra vez y puedo sentir como mi estómago me envía señales en formas de insultos, condenándome por estar tomando esta bebida desagradable.

—No tienes que tomarlo si no quieres.

—Lo sé, pero una parte de mí desea ponerse ebria esta noche o al menos descubrir qué es eso.

Deseo apagar mis sentidos para no caer en los labios de Jaffner otra vez. Por tres días no he podido arrancarlo de mi cabeza y temo estar cayendo.

—Esto no va a terminar bien —Neville da un sorbo basto a su bebida y lo observo. De esa forma debería beber, si quiero disipar los nervios que atacan mi cuerpo.

— ¿Y tú qué bebes?

—Vodka y piña ¿quieres probar?

Antes de que ambos podamos decir algo, tomo su vaso. El sabor es dulce al conectar con mis papilas gustativas, casi se siente como beber un jugo tropical, pero el verdadero sentido de la bebida llega cuando trago y llega a mi garganta. Me quema, de una forma extraña, pero sorprendentemente me agrada.

— ¿Qué tal?

—Es mejor que mi cerveza. Mucho mejor que la cerveza —aclaro mi vista y sonrío.

—Tiremos eso y busquemos uno de estos para ti.

—Creo que es la idea más cuerda que has tenido en la noche —digo antes de seguirlo a la cocina de la casa.

Grave error.

Antes de que pueda volverme consciente, me encuentro a mí misma en un ataque de risas junto a mi amigo.

He llegado al punto donde las horas se han borrado de mi pensamiento al igual que el mundo. Mi pequeña vejiga vuelve a molestar otra vez, al igual que el espacio vacío en mi vaso. Así que me enderezo y pierdo de vista a Neville.

—Neville, necesito ir al baño otra vez.

—Espera que vaya contigo —Neville intenta pararse del sofá pero es inútil.

—Descuida, conozco el camino. Seguramente encuentre a alguno de tus amigos por ahí, tú sólo quédate aquí o podría perderte —me alejo finalmente colándome entre las personas que se ponen en mi camino.

Tras venir por segunda vez a esta casa, sé reconocer el baño como si fuera mío y a pesar de sentirme jodidamente mareada, mi cuerpo parece tener vida aislada de mis pensamientos.

Change This HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora