Jaffner
El ambiente es nocivo por donde se lo vea. El vaho intenso hace que quiera quitarme toda prenda que tengo sobre mi cuerpo, como si cada partícula de aire tuviera en sus componentes medidas diminutas de aluminio en estado de ebullición.
La música es extraña, es lenta por momentos y se cuela en los oídos rompiendo cada conducto auditivo existente. Y finalmente un humo verde nos envuelve por completo. Esto es una jodida fosa de desechos.
Sus caderas bailan cada vez que camina hacia la barra o se mueve hacia el baño con Edde, Kalie o Samantha. Es toda una Odisea. Pareciera que la propia Venus la hubiese tallado a mano. No puedo negar que es la cosa más hermosa que he visto y mi instinto primordial de hombre cavernícola quiere tenerla en una cama ahora.
Dicen que la paciencia es la clave de todo. Pero paciencia es lo que no parezco tener esta noche cuando viene hacia mí con aroma a perfume y vodka con lima.
Ha bebido poco, pero suficiente para que su humor haya cambiado y se vuelva un ser fugaz, que viene me besa y luego desaparece.
Nuevamente viene hacia mí con una risa jocosa y un par de pupilas dilatadas. Su paso veloz y entorpecido hace que me ría junto a ella.
Yo no estoy mejor.
Se posiciona a dos pasos de mí y cuando intenta cortar esta distancia, lo único que se corta es su equilibrio. Su cuerpo tambalea y su respiración choca en mi cuello mientras la sostengo.
—Creo que has tomado bastante —digo mientras su delicado cuerpo presiona con rudeza contra el mío en un intento burdo por estabilizarse.
—Gruñón —se defiende y vuelve a besar mis labios, dejando una insuficiencia que se vuelve eterna—. De vodka, nunca es suficiente.
No puedo ceder ante ella, tengo que portarme como un padre receloso y protector, que vela por su estabilidad. No, como el idiota que se folla al primer cuerpo de caderas benevolentes que ve a su paso.
—Concuerdo, pero para, o no querrás vomitar todo lo que llevas en tu estómago —arruga su nariz y gesticula un semblante de desagrado. Se sume unos segundos en la nada y vuelve a tirarse sobre mí.
—Quiero más —habla con referencia al vaso vacío en su mano derecha—. Y quiero ir al baño.
— ¿Voy contigo? —Ayudo a que se incorpore a mi lado y camine junto a mí siguiendo en línea recta por todo el camino.
— ¿Luego vamos por más vodka? —Me río y asiento.
—Claro —miento y camino junto a ella de la mano.
Cuando finalmente llegamos al baño, ella se suelta de mi agarre y se cuela dentro. La pierdo y deseo ir a buscarla. El alcohol ha comenzado, ya desde hace unos minutos, a hacer efecto en mí. Me río al igual que ella y siento que quiero hacer muchas cosas, pero me quedo. Me quedo mirando la puerta del baño femenino en un punto fijo.
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Change This Heart
RomanceAbatida por las decisiones de su madre y las consecuencias que dejó el divorcio de sus padres, Arley Bunne vuelve a su ciudad natal sin expectativas de nada. Había abandonado esa ciudad hace dos años y no esperaba volver tan pronto. Su objetivo era...