Capítulo 35

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Jaffner

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Jaffner

No encuentro un jodido lugar donde aparcar, las calles son demasiado estrechas. A pesar de conocer el vecindario y casi poder retratar el plano en mi cabeza, aún me siento tan ajeno como la primera vez que vine.

Hace tiempo que no visitaba la zona y al volver todo parece renovado, distinto.

Conducir hasta el centro de la ciudad me llevó un par de minutos. Los minutos suficientes para afirmar que lo que estoy dispuesto a hacer es la mejor opción.

Bajo del vehículo y me dispongo a llegar con prisa. Al acercarme al negocio de Travis, el letrero neón capta mi visión. Amaría ver las letras en la noche, siempre me han fascinado las luces de neón. Soy un jodido esclavo de la estela brillante y las sombras.

Siempre me encuentro volviendo aquí por algún motivo, solo que esta vez no es una especie de capricho. Mi cita con Travis tiene un propósito, y aunque sé que jamás he hecho este tipo de cosas, sé que ella lo vale.

—Sleven, hermano —al ingresar al lugar, me dejo atrapar por el color borgoña de las paredes. Dentro, el lugar no ha cambiado mucho, Travis sigue conservando ese aspecto demacrado y la pequeña barba rubia que acentúa su semblante consumido por la nicotina.

— ¿Qué tal, Travis? —indico y me encamino hacia el chico que parece estar limpiando unos cuencos con tinta.

—Como siempre, no me quejo, pero sé que no has venido a preguntar por mi vida, soy todo oídos —tomo asiento en uno de los sofás de cuero negro y me acomodo mientras hecho un vistazo más amplio del espacio.

—Traigo conmigo una idea, pero quisiera escuchar la opinión de un experto —me enderezo en mi posición y observo los dibujos retratados en la pared.

—Muy bien, dime que tienes en mente —Travis recuesta su cuerpo al marco del umbral y clava sus manos dentro de sus pantalones.

—He pensado en algo como esto —comienzo a buscar en mi teléfono, la imagen aparece a los segundos y se lo entrego.

Travis analiza lo que tiene frente a sus ojos por unos segundos y se mueve hacia su tableta. Lo sigo y me uno en sus acciones para observar su quehacer.

—Como es algo demasiado simple, puedes tener entre infinidades de alternativas con respecto al diseño —observo su tableta y me veo a mí mismo abrumado por tantas opciones.

—Ese podría ser —apunto a uno de los diseños—, aunque tal vez este —indico hacia otro extremo de la pantalla. Travis aleja su tableta de mi vista y se mueve hacia su libreta de bocetos.

Me acerco curioso y observo lo que empieza a trazarse en una hoja en blanco. Travis devuelve mi teléfono y lo guardo en uno de los bolsillos de mis pantalones.

— ¿Qué opinas de esto? Es algo minimalista, pero puede funcionar —asiento en silencio y sostengo la libreta en mis manos.

Es perfecto.

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