Abatida por las decisiones de su madre y las consecuencias que dejó el divorcio de sus padres, Arley Bunne vuelve a su ciudad natal sin expectativas de nada.
Había abandonado esa ciudad hace dos años y no esperaba volver tan pronto. Su objetivo era...
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Arley
Como un ser perdido en la noche, con el ritmo jocoso navegando en mis venas, la dicha me envuelve en una nube de humo.
Estoy mareada, muy mareada.
Sé lo cerca que está Ethan de mi oído. Sé de las veces que se acercó a mis labios y en mi mente intenté alejarlo, pero ¿mi realidad? Esa me ha convertido en un ser casi autómata que ni puede hablar.
Y no quiero más de esa bebida y sé que si bebo más de un vaso podría no recordar nada mañana.
Y temo.
Disfruto de cada punción incesante que recibe mi cuerpo pero al mismo tiempo la rechazo.
Ethan mueve toda mi complexión como un títere y solo me limito a dejar que me guíe.
La presión que soporta mi cuerpo se mezcla con la sensación térmica que parece elevarse a cada segundo en el ambiente. Mi cuerpo gira sobre su eje, Ethan pronuncia un par de palabras en mi oído que no logro comprender y sonrío. Me apoyo en su hombro y sus manos se clavan en mi espalda.
Ethan mueve sus manos por mi espalda y amenaza con llegar a mi trasero. Lo hace.
Me toca.
No quiero que me toque, pero no puedo decírselo.
Hace que nuestras manos se funden en una y me las suelta cuando menos me lo espero.
Sus pulgares aterrizan en mi rostro y comienza a escanearlo. Mis ojos se cierran un momento en que se acerca a mi oído y planta un beso tan sonoro que queda retumbando en mi cavidad auditiva por unos segundos.
Sonrío.
¿Qué clase de gesto fue ese?
Mi cuerpo se sigue moviendo. Mi cabeza gira en un eje hace hacia los lados. Mis manos se ajustan a su cuello en busca de sostén y mis ojos amenazan con caer en cualquier segundo.
Me observa con deseo, deseo que brinca de sus pupilas grises. Mi corazón parece disparar en mi pecho y estoy abombada. Entonces mi cabeza cae a un lado, antes de que mi cuerpo se vaya con ella Ethan toma mi mentón con rudeza y hace que mis ojos lo vean.
Algo esperable.
Algo que no estoy segura si debería pasar, sucede. No se contiene y consigue lo que ha intentado toda la noche. Como una estrella fugaz me mira y lo comprendo. Tienta al destino.
Y de la nada mi cuerpo tiembla cuando su par de labios ásperos caen en los míos.
Jaffner
El tumulto de voces comienza a roer mi cráneo y todo sonido comienza a bloquearse a mí alrededor. Ignoro a Raybon y a la chica rubia detrás de mí. Enmudezco al mundo y me centro en ella.
