Abatida por las decisiones de su madre y las consecuencias que dejó el divorcio de sus padres, Arley Bunne vuelve a su ciudad natal sin expectativas de nada.
Había abandonado esa ciudad hace dos años y no esperaba volver tan pronto. Su objetivo era...
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—Has tardado como el demonio, Ethan. Agradece que nos permiten permanecer en el instituto un par de minutos a pesar de que el turno termine, porque si ese no fuera el caso te mataría —se queja Edde mientras brinca al asiento delantero del auto de su hermano.
—Hola —digo tímidamente y el conductor se voltea.
Unos imponentes ojos grises me escanean de pies a cabeza y me tenso.
—Oh, olvidé las formalidades, él es mi hermano Ethan —el chico de ojos grises estira su mano y la tomo.
—Arley —suelto en un intento por ser cortés, ya que es la primera vez que hablo con el chico y estoy usando su auto como un servicio de transporte.
— ¿Podríamos irnos ya? Muero de hambre —mi amiga se queja y su hermano suelta mi mano. El vehículo se pone en marcha y me quedo estática—. ¿Sabes qué comeremos hoy? —Observo mi teléfono y el único mensaje que resurge en mi pantalla es de mi padre informándome que hay guisado en la nevera.
¡Vaya vida social que llevo!
—Pollo al vapor con verduras.
—Juraría que mamá haría pasta.
Eso suena menos sano.
De forma indirecta participo de la conversación y opino sin decir una sola palabra.
—También lo creía —Ethan se encorva de hombros y dobla a la derecha—. ¿Voy en dirección correcta?
—Si estás siguiendo la dirección que te indique sí, y no olvides que ya has venido por mí a casa de Arley antes —así que era él el que venía por Edde, nunca dijo quien venía por ella, siempre creí que era su madre o su novio.
—Buen punto —el hermano de Edde le da la razón y ella sonríe volteándose hacia mí.
— ¡Casi lo había olvidado! —Chilla Edde tras entender la mirada de su hermano—. ¿Este sábado querrías ir al club? —La ilusión brilla en los ojos de mi amiga y sonrío en la tentativa de decir que sí.
—Tendría que pensarlo, pero cuenta conmigo —no pienso decir rotundamente que sí ya que quisiera hablar con Jaffner antes. Quiero que me acompañe, tal vez sea bueno para ambos el poder despejar la mente de todo el asunto de la vida académica.
—Podría llevarlas si quieren —Ethan habla esta vez y no digo nada al respecto.
—O podrías ir con nosotras, sabes que eres bienvenido siempre, Ethan.
—Imposible, debo cubrir en las prácticas a Philip —los observo, pero no corresponde que me entrometa en la conversación, de la que tengo nulo conocimiento.
—Mi hermano se toma muy en cuenta su carrera —esta vez la voz de Edde va a mi dirección.
— ¿Y qué estudias? —Soy curiosa, solo para no ignorar a mi amiga.
