Capítulo 25

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—Por mi parte, creo que ya me voy a dormir —expresa mi padre

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—Por mi parte, creo que ya me voy a dormir —expresa mi padre.

— ¿Una copa fue lo suficientemente poderosa para ponerte a dormir?

—El alcohol nunca ha sido mi fuerte, Arley —mi padre besa mi frente y se aleja.

Me levanto de la mesa y me dispongo a ayudarlo. Guardo una de las ensaladas y al fondo de la nevera observo dos botellas de champaña.

Jaffner trae lo restante del comedor y los tres tardamos solo unos minutos en guardar todo lo necesario. Ya mañana habrá tiempo para lavar los trastes y maldecir por todo el desorden que deja atrás la cena de año nuevo.

—Que tengan buena noche —mi padre se despide y se va en dirección a las escaleras.

Tomo nuestras copas y las lleno hasta el borde con champaña.

—Sí que juegas fuerte ¿acaso estás buscando que me embriague? —Jaffner enarca una ceja en mi dirección.

—Estás en lo correcto.

— ¿Puedo saber cuáles son tus intenciones?

—No, pero puedes imaginarlas.

—Créeme, ya lo estoy haciendo.

Terminamos la botella con rapidez y cuando menos lo espero estamos abriendo otra botella. Bebo tragos profundos y sustanciosos, Jaffner hace lo mismo.

—Ven conmigo —Jaffner me acomoda a mi lado y hace que mis piernas se apoyen en su regazo. Las toca de arriba hacia abajo y la tensión como una fuerte ola de verano empieza a sentirse entre nosotros.

El fuego comienza a perder su fuerza y creo que debería hacer algo para que no se extinga. Salgo de la comodidad de su pecho y me inclino a tomar un trozo de madera.

—Lindo trasero.

— ¡Basta, Jaffner! Me haces reír.

—No me culpes por admirar los atributos de mi novia.

—Claro —bato mis ojos al viento—. Iré por una manta —salgo entre risas hacia las escaleras.

Al entrar a mi habitación el ambiente es similar al de un iglú. Tomo la manta lo más rápido que puedo y algo me detiene en la mitad. Mi necesidad por un baño me hace odiar a mi organismo.

Cuando finalmente puedo bajar, me encuentro con un Jaffner con el trasero en la estufa. El fuego, tiene vida y creo que funcionó lo que hice hace unos minutos atrás. O bien de eso quiero convencerme.

—Lindo trasero.

—Me siento acosado.

—No me culpes por admirar los atributos de mi novio —intento imitarlo, pero soy un desastre.

—Tienes que agradecer que le di vida a tu fuego —pronuncia.

—Claro, quédate con el crédito  —Jaffner se sienta y me indica que me acomode en sus piernas.

Change This HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora