Mi cuerpo camina estable pero mi mente no se encuentra aquí. He perdido el sentido hace un buen tiempo, este ha quedado en algún rincón de la habitación y volverá a mí cuando el día llegue, eso lo sé.
Respiro tomando bocanadas de aire y canso a mis pulmones. Deseo correr, poner en turbo a mis pies pero me muevo lenta, más lenta de lo que quisiera.
Sé a dónde voy.
La energía que detona en mi pecho va directo a mis extremidades. Soy una bomba eléctrica directo a colapsarse con otra bomba.
Cuando me encuentro de pie frente a la puerta del baño, abro sin pensarlo dos veces.
Lo primero que captura mis ojos es un Jaffner encorvado con sus manos presionadas en el lavabo. Respira fuerte, casi como si estuviera tratando de contenerse a sí mismo. No está rabioso o colérico, lo que parece poseer su cuerpo son longitudes inmensas de deseo y lo sé, cuando sus ojos me atraviesan como una lanza, lo sé muy bien.
Mi cuerpo se coloca en modo de alerta y cierro la puerta detrás de mí, sin dejar ni un segundo de mirarlo. Su cerveza yace a un lado y las gotas de agua de su cara escurren en la piedra gris del lavabo.
La música cesa y todo sonido se apaga. Solo su agitación y la mía queda en la habitación.
Estamos a segundos de ser carbón y cenizas.
— ¿Estás bien? —Articulo, sabiendo que eso es lo último que quiero preguntar.
Tuerce su rostro para observarme y de una pasada escanea todo mi cuerpo.
La hemorragia interna que rodea su caleidoscopio esmeralda me potencia. Luce como un demonio y casi puedo ver las llamas que su cuerpo destella.
Va a terminar conmigo y no hago nada para detenerlo. No tengo defensas. Él está a punto de tomar todo de mí y me encuentro esperando que venga, que lo destruya todo.
Quiero que lo haga.
Se mueve con tanta velocidad que casi no puedo contar sus movimientos.
Me empuja contra la madera de la puerta y cuela una de sus piernas entre las mías. Sus ojos atraviesan mi piel y la sangre comienza a bullir en lo hondo de mis venas.
Lo deseo.
Deseo que corte con esta inacabable necesidad de besarlo. Lo necesito y no tiene idea de cuánto. Necesito besarlo, sentirlo en mi piel.
—Sé que debemos hablar. Sé que la comunicación es la base de todo. Lo sé y no pienso olvidarme de eso, Arley. Pero necesito follarte de formas que no te imaginas.
Acabo con la tortuosa espera y lo beso.
No necesito responder, porque mi necesidad se desborda.
Me cubre de su humedad y el sabor a peligro se funde en uno. Gimoteo cuando su cuerpo se aprieta contra el mío.
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Change This Heart
RomanceAbatida por las decisiones de su madre y las consecuencias que dejó el divorcio de sus padres, Arley Bunne vuelve a su ciudad natal sin expectativas de nada. Había abandonado esa ciudad hace dos años y no esperaba volver tan pronto. Su objetivo era...