Capítulo 41

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He perdido la cuenta de los minutos que he estado perdida sin poder mover mi cuerpo

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He perdido la cuenta de los minutos que he estado perdida sin poder mover mi cuerpo. He luchado con mis ojos para no caer dormida. Solo quiero vomitar y acabar con el mareo que a cada segundo se vuelve insoportable.

La luz de un auto y el motor se inyectan en mis oídos. Casi no puedo distinguir quien se detiene a un lado de la acera.

Las luces se apagan y la puerta se abre. Mis ojos se abren instintivamente y logro ver al ser de cabello castaño que viene al rescate.

— ¿Estás bien? —Es la pregunta más tonta que alguien puede hacerme en este momento pero no refuto nada.

—No, me siento enferma —su mano se apoya en mi espalda y mi cuerpo cae sobre el suyo por instinto y necesidad.

—No luces nada bien, ven conmigo —me apoyo en él y a pesar de sentirme como un saco de basura alguna parte de mi ser está en paz.

—Leton —digo sin casi poder abrir mis ojos.

...

— ¿Cómo te sientes? —Bebo un trago pequeño de agua y la sustancia pasa con dificultad por mi garganta. Las náuseas se han disipado en los últimos minutos y el vaivén del vehículo ya ha dejado de molestar.

Asiento luego de apartar la botella de mis labios y me volteo dispuesta a enfrentar al chico a mi lado. Leton intenta conservar un semblante calmo, pero puedo ver las líneas de preocupación que se filtran en las hendiduras de su ceño fruncido.

—Mejor que antes. Pero aún se siente como si hubiese sido pateada por un elefante —la risa se zafa de sus labios y lo observo como si fuera un ser extraño.

Leton no ha dejado de cuidarme ni un solo segundo, se aseguró de que me estableciera luego de vomitar hasta cansarme. Me ha traído por agua a una gasolinera y ha tenido el detalle de limpiar mis labios cuando finalmente había cesado de regar toda la bilis en la acera.

— ¿Qué es lo gracioso? —Pregunto sin siquiera curvear una sonrisa en mi rostro.

No puedo reír, estoy muy lejos de tener alguna pizca de humor en mi sistema. Mi cuerpo se ha quebrado tantas veces esta noche que a duras penas puedo contarlas. Solo deseo que termine de una vez y finalmente pueda sumir mi cuerpo en las paredes de mi habitación, solo para olvidar todo lo que ha pasado.

Todos los errores que he cometido, y el dolor amargo que ha quedado en mis labios.

Cada vestigio que me recuerda que mi tránsito en Zoutelande ha sido un error. Cada partícula de Ethan que aún queda en mis labios, cada mirada quebrada de Jaffner que aún se queda helada en mi mente. Él con Jenna y finalmente nuestros planes yéndose a la mierda.

—No pierdes el humor ni siquiera estando ebria.

Inclino mi cuerpo contra el asiento y cierro mis ojos por unos segundos esperando que la sensación de mareo desaparezca, pero no lo hace, parece imposible que a estas instancias mi cuerpo pueda dar un giro hacia la mejoría.

Change This HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora