03.

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𝓜. 𝓟

—Yo presiento que esto es un complot contra nosotros—Alb hizo una mueca.

— ¿Un complot? —frunció el ceño la pelirroja mientras recogía todos los frascos vacíos del suelo.

— Es nuestro primer día, y ya estamos castigados— dijo con seriedad— es raro, nosotros nos metemos en problemas a mitad de año o algo así— se cruzó de brazos.

—Yo opino que termines de limpiar el escritorio del profesor Riddle—reí.

El rodó los ojos y siguió limpiando. Así nos pasamos toda la tarde; haciendo limpieza sin varitas.
Al terminar los dos chicos ya se estaban colocando sus bolsos, y entra el profesor Riddle.

— Hicieron un gran trabajo muchachos— dijo con asombro— señor Nott y señorita Weasley pueden irse, yo tengo algo pendiente con la señorita Mikaelson—me miró con una pequeña sonrisa en el rostro.

Mordí mi mejilla interior con nerviosismo.

Que querrá este viejo metiche, pensé.

Alb y Alice me dieron una última mirada preocupados antes de irse por la puerta, dejándome ahí parada junto al profesor.

—Bien, sígame—dejo su saco a un lado y me guío hasta su escritorio.

Mierda.

— Espero que sepa el porque quiero hablar con usted señorita Mikaelson.—levantó su mirada arrogante.

Que estrés, ¿piensa que soy adivina?

— No tengo idea, profesor— use el mismo tono arrogante que usó conmigo.

Vi como rodó su lengua dentro de su mejilla y luego me dió una mirada con sus ojos entrecerrados.

— Por el descaro que tuvo de mentirme.—suspiro.

—¿Mentirle?—levanté una ceja fingiendo confusión.

—Si, por lo que yo sé usted no tiene una deficiencia auditiva ¿cierto?, supongo que no tengo que repetirle las cosas dos veces— curvo sus labios con irritación.

Quien se cree, ridículo.

—Y por lo que yo sé, usted no me debe hablar de esa manera—apoye mis manos en el escritorio.

Toma.

Lo ví abrir sus ojos con impresión, su mirada hacia mí se convirtió en una de irritación.

—No diré nada sobre lo atrevida que está siendo usted conmigo, solo le diré que no debe andar mintiendo por ahí sobre la salud de sus compañeros— imitó mi acción, algo que dejaba una distancia algo incómoda para mí.

MA PETITE | Tom Riddle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora