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Odiaba a los gatos, en serio los odiaba como a nada en el mundo.

Pelos,maullidos y rasguños.

Verdaderamente me enloquecían, por lo que aún no entendía por qué había aceptado cuidar de aquel gato.

Creo que Camille me estaba enloqueciendo.

Y Merlin, lo maravilloso que se sentía.

Ya iba por la segunda poción para la gripe. Y absolutamente ningún cambio. Los estornudos continuaban.

¿Por qué a mi?

— Quédate ahí— señalé al gato que se acurrucaba en el sillón—por favor déjame descansar, aunque sea dos minutos —suspiré, cerrando los ojos con fuerza desde el asiento del escritorio.

Antes de caer en un sueño profundo, pensé en Cam.

Ya no sabía cuantas veces al día pensaba en ella. Creo que eran demasiadas. Pero tener a esa chica de ojos avellana que me enloquecían en mi cabeza, era una de mis actividades favoritas.

No entendía por qué los animales no me atraían, tal vez porque me crié con ninguna mascota en casa.

Pero por Camille haría grandes esfuerzos, como cuidar a un molesto gato.

Me preocupaba demasiado el bienestar de mi castaña.

¿Estaría bien?

¿Me extrañaba cómo yo a ella?

La última pregunta sonó muy empalagosamente cursi, a mi parecer.

Pero para ser sincero, esperaba que ella me extrañara al igual como yo lo hacía.

[...]

Luego de unos minutos, unos toques en la puerta me hicieron gruñir, removiéndome en el asiento.

— Tom—su voz suave llamó desde afuera, así pasando unos minutos, dejándome pensar si debería abrir o solo seguir durmiendo—. Tom, ábreme soy yo, Camille— nuevamente habló.

Todos mis sentidos se activaron de un solo tirón, haciéndome abrir los ojos con rapidez.

Camille.

A pasos algo lentos, pero con el corazón acelerado, me acerque a la puerta para tomar el pomo y girarlo.

— ¿Sabes que con un simple hechizo podías abrir la puerta, no?— cuestionó burlona—. Desde afuera se escuchaban tus ronquidos— dijo dramáticamente.

Sonreí sin contestar nada, y tomé su mano, así de un jalón metiéndola a mi oficina.

Se sorprendió, y por unos minutos se estabilizó tomando mi mano con más fuerza, y sus hermosos ojos encontrándose nuevamente conmigo.

MA PETITE | Tom Riddle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora