17.

4.4K 386 19
                                    

❁

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

𝓜. 𝓟

Viernes, día de entrenamiento de quidditch.

Me encontraba sentada en los escalones del gran campo de juego. Llevaba esperando alrededor de unos quince minutos; a que Albert saliera de los vestidores, y ya empezaba a aburrirme.

Hasta que rápidamente entré en razón, Alice también llegaría a entrenar.

Oh, oh, con razón.

— Hola— Lara tomó asiento a mi lado y ladeó su cabeza para ambos lados—. No me digas que ya terminó el entrenamiento— suspiró y cerró sus ojos con fuerza.

Reí por lo bajo—. Claro que no, ya van quince minutos y ni rastro de Albert en el campo— mi mirada se dirigió a los vestidores, y allí estaba el castaño colocándose sus guantes.

— Allí está — apuntó hacia el, a lo que Albert nos saludó con su mano.

Ambas le devolvimos el gesto y fijamos nuestra mirada en los otros muchachos en el campo.

Hasta que mi mirada en la nada se vio interrumpida, por la cabellera de la pelirroja, que rápidamente llegó en su escoba.

Alice y Albert en su segundo año se metieron a las pruebas para entrar al equipo de quidditch, y exitosamente quedaron.
Albert como guardián y Alice como cazadora.

Realmente este entrenamiento me asustaba, y mucho.

Alice llegó al suelo lentamente, y en ningún momento dirigió su mirada a Alb.

—Siento que en cualquier momento Albert y Alice se van a partir sus escobas en la cabeza del otro — Lara tenía su mirada completamente posada en cada movimiento de Alice.

Yo solo mordía mis uñas con nerviosismo, y sentía mi pierna moverse rápidamente, una y otra vez.

La preocupación al parecer se iba a establecer permanentemente en mi, junto con todo este asunto.

Al cabo de unos minutos la mayoría de los jugadores se encontraban en el aire, entre esos mis dos mejores amigos, obviamente.

El silbato resonó en el campo, y así empezó el entrenamiento.

Se movían de un lado a otro en sus escobas, las bludgers volaban alrededor de todo el campo, y los gritos de desesperacion del entrenador.

MA PETITE | Tom Riddle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora