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Advertencia: Escenas explícitas, leer con discreción

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Tom Riddle

La manera que la señorita Camille se comportaba conmigo estaba colmando mi paciencia.

Al parecer cada vez que intentaba hablar con ella solo salía a la defensiva y eso hacía que la sangre me hierva.

Me hacía sentir inmaduro y un completo idiota, algo que obviamente no soy.

¿Cómo puede ser que a un hombre de cuarenta años, una niña patética de dieciochos años lo haga sentir cómo un idiota?

No lo sé, y eso me causaba más irritación.

—Niña temperan —murmure al verla salir por la puerta de mi oficina.

Me acerqué nuevamente al escritorio para seguir revisando tareas de alumnos del segundo año, pero aquella chica no desaparecía de mi mente. A lo se negué con irritación y continúe con mi trabajo.

Luego de dos horas hundido en pergaminos decidí ir a la cena.

Entré al gran comedor y vi a todos los alumnos en sus respectivas mesas charlando entre ellos creando un unísono en el ambiente; hasta que mi mirada se posó en la señorita Mikaelson.

Sus ojos color avellana se encontraron rápidamente con los míos. Sentí unos escalofríos en la parte baja de mi espalda y ante ese sentimiento apreté mis puños.

Para ser sincero no tenía idea de lo que era eso.

¿La edad tal vez?

Ví a la chica apretar sus labios y una mueca acompañó su gesto.

El odio es mutuo, petite Camille.

La ví tensar su mandíbula, a lo que le brindé una leve sonrisa para seguir mi camino a la mesa de profesores.

Así la cena transcurrió con cosquilleos por todo mi cuerpo, escalofríos me consumían cada vez más y más. Entonces empezaba a creer que iba a pescar un resfrío o algo.

A lo que deje mi cena y sin más me dirigí a mi habitación para descansar un poco, y luego así continuar con mi "labor" de profesor al día siguiente.

Comencé a salir del gran comedor y vi a la pequeña Mikaelson riendo de algo—que sus amigos al parecer le habían dicho.

Se veía muy...

Viva, y eso me enloquecía.

Aparté mi mirada de ella sintiendo indiferencia, y la concentré en el piso para retirarme lo más rápido posible del gran comedor.

MA PETITE | Tom Riddle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora