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𝓜. 𝓟
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Sentía que mi sangre hervía, y que en cualquier momento daba media vuelta y le daba un puñete en la nariz al ridiculo de Tom.
— Egocéntrico, estupido, mediocre, imbecil— decía entre susurros mientras caminaba por los pasillos.
Ese hombre fácilmente me desquiciaba.
Lo odiaba, ¿o estaba empezando a odiarlo?
No, si lo odiaba, y mucho.
Deseaba maldecirlo en todos los idiomas que existieran, y llenarlo a golpes, lo odiaba.
¿Ya dije que lo odiaba?
— Maldito seas— murmuré quedándome parada en medio pasillo sintiendo que en cualquier momento iba a colapsar de la rabia.
Eso era uno de mis grandes defectos, que al mínimo conflicto o pelea que tenía directamente, me llenaba de enojo y era capaz de tirar a la persona desde la torre de astronomía.
Apreté mis puños y empecé a dar brinquitos con frustración.
—¿Camille?— la voz de Teddy hizo eco en el pasillo.
Rápidamente deje de dar brincos y trate de mantener una postura normal .
— ¡Teddy!— traté de sonreír pero creo que salió más como una mueca.
—¿Te encuentras bien?— se acercó con una expresión de preocupación en su rostro.
Con ganas de reventarle la cara a puños al profesor Riddle, ¿define estar bien?
— Eso creo— rasque mi frente — más que todo cansada, estuve en detención así que ya supondrás— reí.
— Oh si, entiendo, yo estuve en la biblioteca haciendo tarea de astronomía, ¿quieres que luego te la preste?— dijo en un tono preocupado.
—¿Harías eso por esta pobre alma en desgracia?— cubrí mi cara con ambas manos.
— Claro que si — rió y me codeó suavemente.
Realmente con Teddy en las últimas semanas habíamos estado estudiando juntos. El en si era muy inteligente, además de tener un gran sentido del humor.
Pasar tiempo con Teddy me ayudaba a olvidarme de las pesadillas que invadían mis sueños la mayoría de las noches, y olvidar un poco la tensión e incomodidad entre Albert y Alice.
Y sobre Albert y Alice...
Sin comentarios.
—¿Estabas de ida al gran comedor? ¿Vamos juntos?— cuestionó con una gran sonrisa.
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MA PETITE | Tom Riddle
RomanceEra fácil ignorar la necesidad humana de sentir sus labios, pero no ignorar la necesidad de entrar en su corazón. | 𝗗𝗜𝗟𝗙 ¿En la escuela no nos preparan para enamorarmos de lo prohibido, cierto? "Sería capaz de ir al maldito infierno solo para e...