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𝓜. 𝓟
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Un día viernes en el bosque prohibido.
Realmente era hermoso ver correr a los trinklings de un lado para otro, y reír entre ellos.
Tal vez me podía hacer olvidar que tenía que hablar con mi padre, solucionar el asunto de Albert y Alice, y que probablemente no sabía que iba a estudiar en la universidad.
Saque aquella hoja que el profesor Riddle me había dado esa tarde—de mi bolso—y la releí unas veinte veces.
Suspiré frustrada y deje caer mi cabeza hacia atrás.
Y nuevamente, nada.
Ninguna idea sobre que quería ser en un futuro, solo simplemente quería morir, eso era todo.
Tal vez estaba siendo muy dramática, o estaba llevando todo a los extremos, pero en serio lo podía jurar, no sabía que hacer, que hacer con mi asquerosa vida.
Y con mi padre...
En su totalidad no quería hablar con el, pero era necesario.Claramente mi madre no me podía pagar Hogwarts, así que mi padre estaba en la obligación de hacerlo.
—¿Sabe usted que no es muy favorable estar hasta tan tarde en el bosque?— aquella voz irritante habló.
— Y a usted que le importa— gire mi rostro a el.
Tom, como siempre.
Levantó una ceja expectante y suspiró.
— La verdad es que mucho— llevó un cigarrillo a sus labios—¿que hace aquí?— tomo asiento en la otra esquina del tronco.
—¿No es obvio?— mire a los trinklings.
—Solo preguntaba.
—Bien.
Baje mi mirada al pergamino para leerlo una vez más, y tratar de ignorar la presencia de aquel hombre.
Era incómodo para ser sincera.
—Ellos le tienen mucho cariño— percibí el olor a cigarro a mi lado—. Normalmente ellos no acostumbran a mostrarse muy seguido— bufo.
Y a eso no conteste, no merecía que establezca una conversación con el.
Entonces seguí leyendo y pensando, bueno realmente trataba de hacerlo, pero los nervios de tenerlo casi sentado a mi lado me desconcentraba.
— A mi me gusta venir al bosque, es muy pacifico, a veces siento que-
—¿Que quiere?— suspiré frustrada y deje el pergamino en mi regazo.
Frunció el entrecejo y rodó su lengua dentro de su mejilla.
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MA PETITE | Tom Riddle
RomanceEra fácil ignorar la necesidad humana de sentir sus labios, pero no ignorar la necesidad de entrar en su corazón. | 𝗗𝗜𝗟𝗙 ¿En la escuela no nos preparan para enamorarmos de lo prohibido, cierto? "Sería capaz de ir al maldito infierno solo para e...