Teenagers [Chifuyu Matsuno x Oc]

Capítulo VIII.

[Crush culture]

Camila

Lunes 19 de septiembre.

Al lunes siguiente, como todas las mañanas, me arreglé para ir a la escuela. Me vestí, desayuné y lave los dientes, mamá había dejado una nota en la mesa del comedor, junto a un poco de dinero.

Tendremos un invitado a cenar, ve al súper a comprar la cena y la preparas. Te vistes decente. Llegaré más tarde, tengo algunos informes pendientes, nos vemos a la noche.

PD. NO QUIERO DELINCUENTES EN LA CASA.

-Fuwa.

Luego de leer la clara nota, suspiré y recogí el dinero para meterlo en mi cartera, ahora debía pensar que podría preparar para la cena. Esperaba que no tuviera que cocinar nada complicado además, ¿por qué tendríamos un invitado? Podría preparar alguna pasta con salsa y algo que acompañe, tal vez algo de carne, no quería trabajar mucho en eso.

Llegué a la escuela y la primera persona que ví, fue a Chifuyu, estaba sentado en su lugar, con la cabeza pegada al escritorio, parecía profundamente dormido.

—Buenos días —me acerqué y le hablé despacio, tocando su cabeza con la punta de mi dedo índice. Se removió un poco antes de levantarse.

—Buenos días, Cami —tenía los ojos adormilados y una expresión serena, estiró los brazos con esmero.

—Te ves algo cansado —le dije tomando mi lugar, dejé mi mochila en el suelo—, ¿has dormido bien?

—La verdad es que no —respondió luego de bostezar, volvió a recargar su cabeza en la mesa—, no he podido conciliar el sueño todo el fin de semana...

Se estaba quedando dormido de nuevo.

—Oye, no te duermas —lo sacudí por el hombro sin fuerzas. En cuanto abrió los ojos me sonrió, frunciendo la nariz ligeramente, recordé la expresión que tenía el sábado, luego de evitar me ahogara.

Luego de besarnos.

Honestamente, no esperaba que mi primer beso fuera así, esperaba algo vergonzoso, que me hiciera arrepentirme con rapidez. En su lugar, no podía parar de recordarlo, repetirlo una y otra vez en mi mente.

El roce de sus labios y los míos, la suavidad de su movimiento, la calma que creció en mí luego de ello, la manera en que me sujetaba con fuerza por la cintura... era como una película que se reproducía de nuevo, en un bucle sin final. Se me hacía una sonrisa estúpida cada que la imagen de su rostro volvía a mí.

Luego de eso, en el camino a casa, sostuvo mi mano en todo momento, apretaba con fuerza cada que debíamos cruzar alguna calle o si nos acercabamos a una multitud de personas.

Tal vez le estaba dando mucha vuelta al asunto, ya que Chifuyu no parecía siquiera inmutarse. Aún no le contaba a Yada lo que había sucedido, era como cargar un enorme peso que no podía darle a nadie más.

—¿Ya hablaste con Yada? —preguntó, luego de un largo rato en silencio.

—Hablamos por teléfono ayer a la noche —dije mientras sacaba mi lapicera—, dijo que darían de alta a su hermana hoy por la mañana.

—¿Vendrá a clase?

—Llegará luego del almuerzo —la profesora entró y saludó antes de comenzar.

La primera clase era de inglés, no me resultaba difícil, creo fervielme que cualquier persona que hable español, puede entenderlo sin mucho problema si le pone un mínimo de atención, o si tiene la oportunidad de aprenderlo.