Teenagers [Chifuyu Matsuno x Oc]

Capítulo XXVI.

[Mother's daugther]

Camila

Sábado 31 de diciembre.

—Me complace anunciar, que la fecha próxima de parto sería cerca de finales de mayo del próximo año.

Mamá me pidió que la acompañara a su chequeo médico regular, creo que era una vez al mes, ya que quería tener una imagen de las gemelas para celebrar el año nuevo. Originalmente su cita sería en dos semanas, pero aparentemente su médica tendría que salir de la ciudad por asuntos familiares.

La abuela y la abuela Asano seguían en casa, pero mamá no quería que ninguna de ellas la acompañara. Una de las cosas de trabajar en un hospital, era que de manera constante escuchaba mitos y mucha desinformación para las pobres mujeres embarazadas que normalmente atendía, casi todas ellas, a causa de familiares, madres o suegras, que las presionaban para hacer o no hacer algo.

Y aún más, considerando que mi abuela no quería que mamá tuviera más hijos porqué ya era muy vieja, se la pasaba hablando sobre lo pésima madre que era, iniciando por permitirme salir con un delincuente.

Por otro lado, la abuela Asano, insistía en que debía comer más, por tres incluso, ya que eso le vendría bien a las gemelas, pero eso era mentira. Mientras estaba en la sala de espera, mamá me decía que no todo lo que hablaban las mujeres mayores era bueno, y muchas veces, eso provocaba que las madres más jóvenes se pusieran en peligro.

Además, estaba leyendo unas revistas de maternidad muy buenas. O por lo menos, eran bastante interesantes, había algunos consejos y recomendaciones, las leí para apoyar a mamá un poco más adelante.

Una vez dentro del consultorio, comenzó la revisión.

—¿Qué es eso? —quise saber, señalando una parte donde solo veía algo moverse de vez en cuando. Mamá seguía recostada en la camilla con el monitor y su doctora aún revisaba.

—Es el latido de la gemela A —me dijo, movió el dispositivo más abajo en el vientre, cerca del ombligo—, y este es de la gemela B.

Ellas hablaban algunos términos que no entendía, algo del desarrollo cefálico y torácico. Ni siquiera podía distinguirlas una de la otra, para mí, todo eran manchas negras con borrones brillantes al azar.

—Oh, eso no me gusta —dijo que la nada, volviendo a la parte alta.

—¿Qué es? —preguntó mamá, que no despegaba la mirada del monitor ni un segundo.

—Parece que solo tenemos una placenta... —había un dejo de preocupación en su rostro.

—¿Eso es malo? —me acerqué más.

—No del todo —dijo, puso más gel azulado en la piel de mamá y volvió a revisar—, pero significa que una está bajo mucho estrés.

Mamá suspiró con fuerza.

—Una de ellas será más pequeña que la otra —me explicó, le dió unos pañuelos para limpiarse y ella comenzó a limpiar su dispositivo—, y probablemente tenga algo de problemas en el parto... pero eso tu madre ya lo sabe.

Ella solo asintió.

—Seguiré mi régimen alimenticio —aclaró, la ayudé a levantarse—, también me han cambiado de tareas en el hospital para no estar bajo tanto estrés ni expuesta a nada.

—Muy bien —apagó el monitor y lo devolvió a la pared—, te recuerdo que no dejes tus suplementos —fue a su escritorio y comenzó a escribir en un papel, luego me miró—. ¿Lista para ser la hermana mayor?