Teenagers [Chifuyu Matsuno x Oc]

Capítulo XXVIII.

[Stalker's Tango]

[Camila...]

Viernes 20 de enero.

—Paso por ti a las seis.

Fue una semana aburrida, fuera del concurso, no hubo nada que valiera la pena como para tomar en cuenta. Salvo que Takaoka aún no se presentaba a clases pero, para mí mejor, entre más lejos tuviera a ese imbécil mejor.

Yada, como de costumbre, quedó en el primer lugar, aunque eso no parecía emocionarla ni mucho menos, era como si esperase otra cosa, quizás un segundo lugar, un tercero, algo que le diera sabor al momento, saber que había alguien que de verdad representó un reto para ella, no solo un simple participante más, un verdadero rival.

Por mi parte, si fue algo especial.

La profesora estaba bastante satisfecha, por no decir que estaba emocionada, pues no dejaba de decir lo mucho que confiaba en mí, que fue un completo error decirme que no concursaría, y que el director estaba muy arrepentido de sus decisiones y actitudes.

Considerando que sí había logrado el primer lugar, después de una pelea muy reñida con ese chico de otra escuela, ya que teníamos los mismos puntajes, solo que insistía en que él debía ganar, pues su gramática era mejor que la mía y aparentemente, él se había esforzado mucho más que yo. Fue una lástima que tuviera que retirarse.

Tenía la ligera sospecha que alguien le había hecho algo, pues la siguiente vez que lo ví, antes de que nos dieran un veredicto final, iba saliendo de la enfermería lleno de moretones en el rostro y con la nariz muy hinchada, probablemente rota. Luego, solo dijo que no quería recibir absolutamente nada, que todo era una pérdida de su tiempo y se marchó sin mucha explicación.

Fingí no ver los nudillos rojos de Chifuyu mientras volvíamos a casa.

También le hablé de la chica, Kyoko, y de cómo Kisaki la había usado todo este tiempo. Eso sólo parecía aumentar su desprecio hacia él.

Y como había prometido, me llevaría por un helado, y además al cine, por mi triunfo, solo que hubo que posponerlo, ya que también iríamos al cine a ver una película. Esperaba que no sucediera nada malo en esta ocasión.

—Quedé de hablar unos asuntos importantes con mi compañero —explicó, a pesar de no ser necesario, pero me gustaba oírlo hablar—, terminaremos pronto.

—¿No es una pelea, verdad? —me preocupé, no quería tener un dejà vú. Negó con la cabeza.

—Para nada —respondió, restándole importancia—, solo unas cosas normales, ya sabes —no sabía, seguía manteniendo muy a raya los asuntos de su pandilla, en intentos medio efectivos de tenerme lejos de las peleas y sus "enemigos"—, miembros nuevos, acuerdos de paz... cosas normales.

Solo que no siempre tenía éxito, a veces me enteraba de las cosas por mera casualidad. Escuchando a las personas en los pasillos, en los baños, por la manera que lo miraban.

Y en ocasiones me pedía le leyera los mensajes que le llegaban, y el urgen más integrantes, necesitamos aceptarlos yaaaaaa): de "michito" eran señales difíciles de ignorar.

—Bueno, te espero entonces —se inclinó un poco para dejar un beso corto y suave en mis labios antes de irse.

—Esta vez prometo no faltar —bromeó, pero a mí no me hacía gracia, y rápidamente lo notó. Se aclaró la garganta antes de seguir—. Digo, nos vemos más tarde, linda.

—Nos vemos... lindo.

Cómo todos los días, me acompaña a casa y luego se va, ya no tenía caso seguir estudiando juntos, si al final ninguno lo necesitaba. Además, no queríamos absorber todo el tiempo del otro. Nos gustaba estar juntos, sí, pero no queríamos sobrecargarnos el uno del otro.