Capítulo X.

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[Déjà vu]

Camila

Lunes 03 de octubre.

Makoto estaba castigado durante un mes entero por haberse ido de casa y no avisar a nadie adónde iría o a qué hora iba a volver.

Esa misma noche, Taisei lo metió a la ducha y lo obligó a bañarse, luego lavaría la alfombra del baño ya que había vomitado en ella de lo ebrio que estaba, mamá dijo que con mucha suerte no tuvo un coma etílico.

Chifuyu me ayudó a subirlo por las escaleras del complejo después de encontrarlo en la calle y luego se marchó, le pedí que tuviera cuidado al volver a casa. Luego abrí la puerta y fingí que lo había escuchado, Makoto, al no recordar siquiera como llegó, no dijo nada sobre mí.

-No soy un niño -se quejó en la mañana mientras íbamos en el auto de Taisei, ya que se había ofrecido a llevarnos a clases.

-Pues te comportas como uno -respondió, ambos íbamos en el asiento trasero.

-¿Y a ella por qué nadie le dice nada? -se quejó señalándome- Siempre está con su estúpido novio en casa.

-Camila no tiene nada qué ver en esto -me defendió, seguía manejando, casi llegábamos a mi escuela-, ella sabe perfectamente las consecuencias de sus decisiones.

Decidí no decir nada al respecto. Al llegar a la escuela, bajé y me fuí directo a mi salón de clases.

-Adivina quién está castigado durante un mes entero -dije al ver a Chifuyu en su lugar, al verme frunció un poco la nariz y sonrió.

-Espero que no seas tú -contestó, abrió un poco los brazos y fuí a sentarme con él-, ¿se dieron cuenta que te ayudé a subirlo por las escaleras?

-No, Taisei estaba demasiado cansado y mamá tiene el sueño pesado -la profesora entró para dar comienzo a la clase-. Además, ni siquiera recuerda cómo regresó.

Las primeras dos horas de clase eran de lengua, la cuál, no voy a mentir, hacía que mi cabeza doliera, siempre teníamos que escribir ensayos de temas que nos gustaran y luego desarrollarlos en clase. Cosa que me provocaba aún más problemas, me costaba trabajo la gramática y la sintaxis al momento de escribir, pero ella, la profesora, era muy suave conmigo en ese aspecto.

Cada que alguna oración o palabra estaba mal escrita o fuera de contexto la resaltaba con un marcatextos y luego escribía por un lado la manera correcta. Al final de mis escritos siempre me dejaba una notita para motivarme.

-¿Podrían repartir estos ensayos, por favor? -Yada estaba conmigo cuando la profesora nos pidió entregar unos trabajos de la semana pasada- Los suyos se encuentran al final, felicitaciones a ambas. En especial a ti Camila, vas mejorando tu vocabulario.

-Gracias... -recibí el montón de hojas y le di la mitad a Yada al salir la profesora del salón. Comentarios así me motivaban.

Comenzamos a repartir, me gustaba ojear los trabajos, mirar la letra de mis compañeros y saber un poquito sobre lo escribían. La mayoría de ellos lo hacía sobre la universidad en la que querían estudiar, las carreras que querían ejercer, unos pocos hablaban de libros que habían leído, y luego estaba Keisuke. Siempre escribía sobre animales, el día de hoy, sobre el adorable pulpo orejón o pulpo Dumbo, inclusive añadió una imagen, se veía adorable.

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Teenagers [Chifuyu Matsuno x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora