Capítulo XXXI.

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[Riot]

Camila

Viernes 11 de febrero.

Después de casi dos o tres semanas, la verdad no estoy segura, no recuerdo mucho de esos días, decidí que era tiempo de volver a la escuela.

O por lo menos, creí que era tiempo.

Antes de que todo ese ruido y soledad siguieran consumiéndome. No podía evitarlo.

Tras estar unos cinco minutos frente al espejo, pensando cómo me vería menos cansada me recogí el cabello en un moño bajo, no muy bien peinado, pero si quitaba gran parte de mi cara, cosa que intentaba ignorar.

Pues aún tenía las puntadas en el labio, cuatro para ser exactos, hubo un problema y usaron el hilo equivocado, así que no tuve ningún proceso o mejora y tuvieron que cambiarlo, junto con muchos antibióticos para evitar alguna infección. Ni hablar de la marca que al parecer había dejado en mi ojo, el color morado aún no se disipaba del todo y dolía si lo tocaba demasiado.

En cuanto a la nariz... ya no necesitaba soporte, pero no podía moverla como antes.

Mientras que aún debía usar otra semana la férula en el brazo, era incómodo, no podía hacer todo lo que normalmente hacía, era frustrante, todos insistían en hacer todo por mí, la comida, la ropa, mi cabello, lavar mis dientes, ni siquiera podía enviar mensajes apropiadamente. Ya no lo toleraba.

Vi una sombra de reojo pasar detrás y volteé de inmediato.

No había nada.

Suspiré con fuerza, esas cosas iban a matarme si seguían apareciendo y desapareciendo de la nada, mamá insistía que no había nada.

Usando mi mano sana, terminé de arreglar mi uniforme antes de salir.

-Buenos días -saludó papá.

-Buenos días -respondí, jalando una silla para desayunar. Mamá dejó un plato de avena con fruta picada enfrente, se había tomado muy enserio la dieta blanda.

Notaba sus miradas, después de tanto tiempo, debía ser raro, pues no me había presentado a clases desde que volví a casa del hospital, la abuela se había marchado y solo quedábamos nosotros. Incluso mi ropa se sentía rara, como ajustada.

-¿Te sientes lista? -quiso saber Makoto.

-Más o menos... -comencé a comer.

-No tienes que ir -le restó importancia-, el estrés no te hace bien.

Ya sabía eso.

Pero sí me seguía quedando en casa, me iba a consumir como una vela.

Mamá insistía que debía ir a ver un especialista... alguien que me ayudara emocionalmente. No me entusiasmaba la idea, y no era que no tuviéramos el dinero para las sesiones, el extraño seguro de vida también lo cubría, solo no me sentía lista. No aún.

La señora Hirano mantenía contacto con mamá, de manera cercana y muy frecuente, estaba decidida a hacer a su hijo pagar por lo que había hecho. Era su hijo, sí, pero no significaba que pasaría por alto sus horribles acciones. Papá también seguía con los asuntos legales, eran como su segundo trabajo.

-¿Quieres que Taisei te lleve a la escuela? -preguntó mamá. Me asombraba que, después de tanto, nada parecía afectar su embarazo. O eso, o esas criaturas eran de acero, qué envidia- No creo que le moleste, ¿verdad?

-Para nada -bebió un sorbo de su café-, podría acompañarla hasta el salón de clases.

Absolutamente nadie dentro de la escuela sabía lo que había sucedido, salvo por Yada y Chifuyu, que me visitaron durante mi hospitalizaron y llevaban copias de la tarea todos los días, pero no sé quedaban mucho tiempo, no quería ser grosera, pero no toleraba la compañía en ese momento, y la profesora, que por mi ausencia, se puso en contacto con mamá.

Teenagers [Chifuyu Matsuno x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora