Teenagers [Chifuyu Matsuno x Oc]

Capítulo XXXII.

[Young and beautiful]

Camila

Domingo 13 de febrero.

Yada ^w^

Entonces en el centro comercial?

Siiiii

Buenooo
A qué hora?

Te parece a las dos? n.n

Me va bien

Dónde nos vemos?
En la entrada?

Pensándolo bien
Nos queda más cerca el súper
Nos podríamos ver en la estación

Suena mejor

Entonces en la estación?

Por mi no hay problema

Está biennnn
Nos vemos en la entrada

Nos vemos
Te aviso cuando esté allá:)

Yo igual
Nos vemos"3

Yada y yo habíamos quedado de ir al supermercado a comprar las cosas necesarias para preparar el regalo de Chifuyu y el de Keisuke, Yada se había decido a por fin confesarle sus sentimientos, aunque estaba muy segura que ya lo sabía.

Quería agradecerle un poco a Chifuyu por todo el apoyo que me había dado, por todo el tiempo que me ayudó y consoló, por toda su paciencia. Y por no rendirse conmigo.

Especialmente por eso último.

Fueron momentos difíciles, muy difíciles para mí, todas las horribles cosas que atravesé, no me dejó hacerlo sola, incluso sí tenía sus propios problemas en su pandilla y esas cosas, siempre estuvo a mi lado, se hacía el tiempo para hacerme sentir mejor, de alguna manera me sentía en deuda con él, una demasiado grande y que no podría pagarle nunca.

Pero podría empezar por algo, ¿no?

Una vez nos encontramos, Yada se tomó la molestia de explicarme más a fondo cómo funcionaban las cosas acá, y explícitamente me pidió que no esperara nada a cambio.

—¿Y por qué no? —le pregunté confundida, mientras íbamos de camino al supermercado.

—Así no es como lo hacemos —estaba siendo amable, después de la difícil semana que tuvimos, lo mejor era tomar las cosas con calma—. He visto como funciona su San Valentín para ustedes los americanos, pero para nosotros es distinto.

—¿Entonces no se regalan cosas y así? —no debía ser tan diferente, ¿verdad?

—Bueno, si lo hacemos —se apresuró a decir, encogiéndose de hombros—. Solo que es por separado, por así decirlo.

—No te estoy entendiendo...

—Ah, en febrero —inició su explicación, naturalmente, nunca me había preocupado por un regalo como este antes, mucho menos luego de mudarme—, las chicas son las que dan regalos, normalmente son dulces o chocolates, pueden ser hechos a mano o comprados.

—Así que... no estaba tan equivocada —aventuré—, ¿verdad?

Quería hornear unas galletas, iguales a las primeras que le dí, exactamente del mismo sabor. Estaba convencida que algo hecho a mano tendría más valor, ¿cierto? Solo quizás con un toque especial, ¿algo de colores? ¿una bolsa bonita? ¿un lazo bonito?