Capítulo XII.

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[Kitty princess]


Camila

Sábado 08 de octubre.

Cerca de las cuatro de la mañana, unos cuantos toquidos en mi puerta, me obligaron a despertar de tan plácido y reconfortante sueño. Aunque el clima no fuera bajo, sentí el frío meterse por debajo de mi pijama en cuanto me levanté a abrir, encontrándome con Makoto.

—¿Qué quieres?

—Necesito hablar contigo —contestó, casi desesperado y mirando a todos lados—, vengo a negociar.

—¿Me viste cara de identidad suprema? —sin muchos ánimos, le abrí por completo y fui a tirarme a la cama, para cubrirme con las mantas. Era muy sensible al frío, por muy poco que fuera.

Entró cerrando la puerta con seguro, casi caminando de puntitas, como si un mal paso fuera a despertar al complejo entero.

—Esto no puede seguir así —habló al fin, luego de sentarse en la orilla de mi cama.

—Ya lo sé... —respondí sin muchos ánimos— Mira que un loco venga a despertarte antes del amanecer.

No era descuidado, sabía que a esa hora mamá y Taisei dormían como muertos. Mamá era una persona de sueño pesado, podría haber un terremoto y ella seguiría durmiendo, pero si estaba despierta, sería capaz de escuchar nuestra conversación sin mucha dificultad.

Taisei... bueno, él solo era algo chismoso. Me había quedado en claro ese aspecto.

—Eso no, idiota —se quejó—. Quiero decir nuestra situación, tú y yo. Ya no podemos seguir castigados.

—¿Y qué propones? —solté un fuerte bostezo, el cielo seguía oscuro, ni siquiera las aves mañaneras se habían despertado aún.

—Hay que unir fuerzas —no pude evitar reír un poco—, ¿de qué te burlas?

—¿Hablas en serio? —por su mirada molesta supuse que sí— Makoto, por favor, no mientas por convivir conmigo. Yo no te agrado, tú no me agradas.

—Yo me escapo a escondidas —inició, tan seguro como si fuera a decir la cosa más astuta de la historia—, y tú te ves con tu novio a escondidas.

—No es mi novio.

—Cómo sea —le restó importancia—. Mira, la única manera en que los dos obtengamos lo que queremos, y hagamos más llevadera esta estúpida idea de una familia, es apoyarnos mutuamente.

—Finalmente, dices algo con sentido —guardé silencio unos minutos—. ¿Bien? ¿Qué tienes en mente?

Su boca se curvó en una sonrisa que no podría definir de otra manera que tétrica.

—Yo salgo con mis amigos todo el día —comenzó a explicar, yo hice un ligero ujum—, tú pasas tiempo con tu novio. Volvemos a casa antes de que papá y Fuwa regresen, y cuando pregunten, estuvimos en casa todo el día.

—¿Esa es tu gran idea? —de haber sabido que pensaba eso, lo habría propuesto hace un tiempo atrás. Solté un largo suspiro— Trato pero, ¿y si nos descubren?

—El otro nunca supo nada.

Era un arma de doble filo. Si a él lo llegaban a atrapar, yo no tendría nada que ver y el castigo volvería a caer solo en él. Pero, si a mí me descubrían, yo sería la única que llevaría todas las consecuencias.

—¿Y qué me asegura que no me vas a delatar? —me miró casi ofendido— Sé cómo tratas a las chicas, ni creas que lo he olvidado. No soy tonta.

—¿Qué quieres entonces?

Teenagers [Chifuyu Matsuno x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora