Omegacember Korrasami

Día 8.- Celos: Propuesta truncada

Día 8.- Celos: Propuesta truncada

Oh, vamos Korra... si los sigues viendo saldrán láser de tus ojos y le perforarás el cráneo al pobre diablo.

—Pero Kuv... es que no lo soporto... -mencionó la morena, haciendo un puchero y al borde de las lágrimas.

—Por eso te dije, propónselo antes...

—Gracias por el apoyo... -murmuró con tono rencoroso y puchero más pronunciado.

—Ya, ya... sé que tuviste que coger valor para finalmente confesar tus sentimientos y proponerle ir al baile de fin de año... después de todo has estado tan enamorada de Asami desde... no sé... ¿Desde el vientre materno?

—Chistosa... -reprendió sin ánimo- la conocí en penúltimo año de primaria y ahora estamos en tercero de secundaria así que sólo he estado enamorada de ella por 5 años, 2 meses, 3 semanas, 1 día y 7 horas y media... pero ¿Quién lleva la cuenta? -suspiró, mirando con tristeza el ramo de jazmines, ahora arruinado, que traía entre las manos.

Kuvira suspiró de igual manera, triste por la situación de su casi hermana. Se había armado de valor para por fin prodigar su amor a la pelinegra, había reunido su mesada para comprar flores para la propuesta y en casa tenía el dinero restante para llevarle otro ramo y chocolates el día de la fiesta... solo para que un niño bonito se le adelantara y le estuviera pidiendo una cita a su ya-no-posible-pareja.

Alfa que se duerme, se lo lleva la corriente.

—Lo odio... -retomó la palabra, Korra.

—No lo odias, él siempre ha sido un tipo agradable, solo estás celosa...

—Sí, lo odio... porque es un alfa con dinero, más alto que yo, mayor, más guapo y más inteligente... ¿Cómo Asami no lo elegiría? ¡Es perfecto! ¡Un maldito Adonis! ¡No por nada lo llaman el Príncipe de Fuego!

—Oh vamos, no pienses así, no te hagas eso... además a ti te llamamos la Princesa de Hielo...

—Eso es porque soy su capitana en el equipo de Hockey... -La ojiazul calló al ver a Asami sacar una cajita y mostrársela a Iroh con un rostro que a su parecer era de amor puro. Dando un nuevo suspiro, la castaña finalmente despegó con dolor los ojos de la pareja que estaba viendo a unos metros y rendida dejó caer las flores al suelo junto con algunas lágrimas que no pudo retener- ¿Sabes qué? Ya no importa... nunca tuve oportunidad.

—Korra no...

—Vámonos Kuv, si ella es feliz con él es lo menos que como "mejor amiga" que se supone que soy, le puedo desear... Ven, larguémonos de aquí, necesito un trago.

—Pero Korra, somos menores de edad, apenas y si tenemos quince... ... Korra ¿Me escuchas?... ¡Korra, espérame!

Con eso la adolescente del lunar salió siguiendo a su amiga para no quedarse atrás y cuidarla en el camino del despecho que a tan corta edad le tocaba vivir.

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—Entonces... ¿Es un no?

—Lo siento mucho Iroh, pero estoy interesada en alguien más.

La pelinegra rechazó cortésmente las flores de su amigo de curso superior y se alejó un paso hacia atrás para marcar respetable distancia sin ser grosera. Le caía muy bien el chico, sabía que muchas chicas morirían por estar en sus zapatos, pero no era a quien ella anhelaba.