Omegacember Korrasami

Día 13.- Gargantilla: Cambio de ideales

Día 13.- Gargantilla: Cambio de ideales

"No papá, Esa es una estupidez, una muestra del alfacentrismo que aún atosiga a nuestra sociedad intentando dominarnos a las personas omegas."

"Ay Mamá, ¿Por qué ponerme algo así? Que represente que soy de alguien más... ¡Absurdo! Yo soy mi propia dueña."

"Las omegas que lo usan les falta autoestima y deberían ir al psicólogo porque es ilógico que estén felices de ponerse literalmente una soga al cuello."

"Oh, por favor, yo nunca, NUNCA, me pondré uno de esos degradantes collares-gargantillas, sería como humillarme a mí misma."

A la mente de Asami Sato vinieron esos y muchos más comentarios que había dicho a lo largo de sus 27 años de vida. Todos los pensamientos quisieron apabullar sus neuronas y doblegar su espíritu, fusionándose en un desagradable monstruo que le gritaba "¡Hipócrita!"; pero, aunque quizás debió sentir culpa, que se fallaba a sí misma, asco de dejar sus ideales, vergüenza de faltar a su palabra... no pudo.

No pudo cuando esa hermosa alfa de piel acaramelada y ojos de mar la miraba con tanto amor, esperando una respuesta a la pregunta que realizó.

"¿Quieres casarte conmigo?"

La pregunta la sorprendió, aunque en retrospectiva no debía haber sido así.

Llevaban 3 años de hermoso noviazgo y Korra últimamente había dado muchos indicios pésimamente camuflados de cuál era su intención.

"Asami... si hipotéticamente alguien te pidiera matrimonio... ¿Preferirías que no hubiera otras personas alrededor o no te importaría?

"Cariño, imagina que alguien le pide la mano a otro alguien... ¿Sería más bonito frente al mar o a la luz de las velas?

"Sami, supongamos... sólo supongamos que X alfa quiere casarse con X omega... sería bueno pedírselo antes, en o después de nuestro aniversario... ¡DE SU ANIVERSARIO! ¡Del aniversario de las ESAS alfa y omega!"

Sí, definitivamente Korra no era buena ocultando cosas, ni mintiendo ni con indirectas. Ella era una persona clara, como agua cristalina y cada acción reflejaba su alma.

Como ahorita que le ofrecía aquel collar- gargantilla de compromiso.

La parte indomable de la Omega quiso odiarlo y rechazarlo... pero incluso esa pequeña parte rebelde cedió aceptando que era hermoso. La tira de piel era de tono Vinotinto, su color favorito, con patrones tejidos exquisitamente elegantes y delicados; y en el centro colgaba un bello dije redondo de tonos lapislázuli, tallado con un logo complejo que simbolizaba la unidad de ambas: las olas del mar por la ascendencia tribal de Korra, perfectamente fusionadas con el engranaje logo de Industrias Futuro, patrimonio familiar invaluable no solo por su valor monetario sino por el esfuerzo puesto por sus padres Yasuko y Hiroshi Sato.

Además... si se negara en verdad sería una hipócrita.

Notó los avances de Korra, y no los desalentó, sino que siguió su juego fingiendo ignorancia de conocer el propósito de dichas preguntas... Y aún más importante... aún con todos los años de relación, aún con todo lo que sabía de su pareja y su pareja sabía de ella, aún con toda esa confianza... nunca le había dicho lo que pensaba de los collares-gargantillas de compromiso.