Capitulo 14.

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Rescate Matituno

Valerie

Es jueves por la mañana, han pasado cinco días desde mi cita con Luis y Daniel interrumpiendo. No le he hablado desde ahí solo para el trabajo, me busca conversación pero el no sabe lo fría y seca que puedo ser cuando quiero, el se lo merece.

También desde que hice Kick Boxing el otro día, voy a empezar a  ir de vez en cuando. Hoy empiezo mi primera sesión con una psicóloga,  he decidido buscar ayuda porque si quiero sanar debo buscar ayuda profesional y no hacerlo sola. Ya se que el evento catastrófico paso hace mas de seis años pero con la entrega de la caja y menciones de embarazos volví a sentirme mal y creo que lo mejor será hablarlo con alguien.

Ya voy de camino al trabajo, siempre voy caminando porque me gusta ver la cuidad y cada uno de sus detalles y también porque no tengo auto. Llego a la empresa y saludo a la recepcionista, me dirijo al ascensor y marco el último piso. Veo la hora en mi reloj, son las nueve con cinco minutos, la cita la tengo a la una de las dos de la tarde.

Llego a la oficina de Daniel y veo que no ha llegado, toda esta semana he sido como un tipo de secretaria para el, he sido muy eficiente pero igualmente casi nunca le hablo. Empiezo a responder los correos importantes y tomar nota de el candelario. Escucho el teléfono sonar y respondo.

— ¿Hola?

Escucho música al fondo de la llamada.

Hola buenos días, tenemos a su novio aquí —dice una voz de mujer.

—¿Novio? Creo que se equivoco —esta señora esta loca, cuando estoy a punto de cortar me llega su voz.

Rubia.

Es Daniel.

—Que carajos, son las nueve de la mañana. Hay que trabajar —expreso molesta.

Escucho una risita por parte suya y eso hace que me enoje mas.

—Voy a colgar.

¡NO! Rubia necesito que me busques…

— ¿Donde estas? —podré estar molesta pero esta borracho y le puede pasar algo.

Mmm...… —escucho que le pregunta a alguien donde esta— estoy en el Club Waves

Busco la ubicación en Google maps.

—Daniel ese club esta en la otra punta de la cuidad —miro mi cartera, haber cuanto dinero tengo—, y no tengo suficiente dinero para llegar y llevarte de vuelta. Tendrás que pedirle a alguien mas.

Maldita sea.

Debo empezar a ahorra para un auto, no puedo seguir dependiendo de taxis.

Nooooo… dile a Sarah que te de las llevas de mi Ferrari, dile que yo te mande.

Cuelgo para no escuchar mas su voz. Salgo de la oficina y busco a Sarah. La encuentro en el cuarto de copias.

—Sarah necesito tu ayuda, necesito buscar a Daniel pero no tengo auto ni dinero para ir, entonces Daniel me dijo que te dijera que si podías darme las llaves del Ferrari.

Ella asiente y me hace una señal para que la siga, rebusca dentro de sus cosas por el escritorio hasta que lo consigue y me las da.

—OK, ten mucho cuidado porque es nuevo —asiento y le doy un abrazo—, ahora si ve a buscarlo.

Salgo rápido de la oficina, bajo el ascensor y marco el piso del estacionamiento, llego y busco el único Ferrari, lo consigo y me monto. Busco la dirección y la meto en el GPS del auto y arranco.

Perfecta ConquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora