Capitulo 18.

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Confesiones

Daniel

Entramos al restaurante y por la presión que ejerce Valerie en mi mano puedo notar lo nerviosa que esta. No me preocupo por su padre, no debe ser tan malo como lo describe Valerie.

—Hola buenas, venimos con el Sr. White —dice Valerie, el camarero nos lleva a la mesa donde ya se encuentra un hombre que supongo es el padre de Valerie.

El padre de Valerie se ve a unos cuarenta, tiene el pelo castaño claro pero con algunas canas, se nota que se ejercita. Nos sentamos uno al lado del otro y le sonrío.

—Sr. White. Un placer conocerlo. —veo que me mira de arriba abajo y me ignora.

—Val ¿como has estado querida?

—Bien con el trabajo un poco ocupada pero todo bien, y ¿la familia? —su padre le sonríe y me sigue ignorando.

—Tu madre esta en una conferencia en Texas y tu hermana ya sabe el sexo del bebe.

Al mencionar lo último no puedo evitar notar como Valerie se tensa, la miro extraño y le toco el muslo en forma de despertarla de su trance y ella sigue sonriendo, aunque en sus ojos ya no hay brillo. 

En mi mente se hacen mil preguntas que le quiero hacer en este momento pero las borro de mi mente al ver que no es el momento.

Pedimos Spaghetti a la carbonara y la traen a los pocos minutos.

—Cuéntame Daniel, ¿que has hecho de importante para ganar la atención de mi hija? —pregunta con tono recelo y yo no se que decir—. Vi por las noticias que días antes de conocer a mi hija estabas comprometido… ¿Qué paso?

—Papa. —habla Valerie con tono de amenaza.

—Sr. White…

—Llámame Harry. —aclara y yo asiento con la cabeza.

—Harry, estabas en lo correcto estaba comprometido con alguien pero eran temas de negocios y por situaciones que no se pudieron solucionar. Igualmente le aclaro que le tengo mucho respeto a su hija.

El me mira y después sonríe. Que fáciles son de complacer a los White.

—Bueno, veo que no eres para nada un idiota como los otros novios de mi hija.

Asiento dudando si eso fue un cumplido o me acaba de llamar idiota. Seguimos comiendo hasta que Harry vuelve a hablar.

—Recuerdo cuando los dos jugaban por toda la casa y se ponían a pelear por los juguetes. —Valerie y yo Intercambiamos una mirada confusa.

— ¿Ya nos habíamos visto antes? —cuestiona Valerie.

—Si, mas bien muchas veces. William y yo en ese tiempo estábamos trabajando a la par en un montón de negocios y a cada rato los dejábamos a ustedes con las niñeras en la cas mientras nosotros trabajábamos.

Analizo la nueva información y no puedo evitar sonreír al recordar una niña rubia peleando conmigo por una muñeca de la mujer maravilla y yo pegándole chicle en el cabello. Por la mirada de Valerie puedo deducir que ella ya se acuerda de ese momento.

Terminamos de comer y pedimos la cuenta.

—Daniel por lo que veo eres un buen partido para mi hija pero no falta decir que si le haces daño te voy a hacer la vida pedazos, a tu padre lo aprecio como un hermano pero quien se mete con mi hija es mi enemigo. Así que no te lo recomiendo. —amenaza señalándome con el dedo índice y Valerie quiere morirse por su expresión.

—Si Harry confía en mí.

—Ah y también si me entero que esta embarazada antes del matrimonio te mato y te revivo para que te hagas responsable del niño.

Valerie palidece y me parece extraño pero lo omito, yo en cambio estoy aguantando una risa. Ese señor ni sabe que no llegaríamos ni al punto para procrear.

—Padre… creo que estas exagerando. —nos levantamos y nos dirigimos hacia el estacionamiento—. Adiós papa, te quiero.

—Igual, Daniel. —me llama en forma de despedida y yo hago un leve asentamiento con la cabeza.

Nos alejamos de Harry y nos vamos hacia el Porsche. Entramasen completo silencioso y Valerie es la que rompe el silencio.

—Gracias por tener esta cena y así quitarme un peso de encima. —me pregunto porque se quitaría un peso de encima pero no lo digo en voz alta.

—De nada. Eso fue…

— ¿Ridículamente incomodo? —pregunta con diversión, le sonrío de lado—. Igualmente me acuerdo cuando me pegaste chicle en el cabello, eso fue horrible y nada caballeroso de tu parte. Tuvieron que poner mil productor para poder quitarlo.

Se cruza de brazos con falsa indignación y mirando hacia la ventana. Admiro su perfil, es como una diosa.

—Te ves preciosa molesta. — ¿dije eso en voz alta?, ella me mira confundida y yo me aclaro la garganta.

Nadie dice nada y así es mejor.

—Adiós y de nuevo mil gracias por acompañarme en la cena. —se da la vuelta y desaparece de mi vista cuando entra en su edificio. Sigo mirando al vacío y pienso en todas las cosas que han pasado en los últimos días.

Veo la hora en mi celular, son las nueve de la noche. Llamo a Carlos para tomar unos tragos, debo desahogarme. 
Logro llamarlo y cuadrar con Carlos para vernos en un bar cerca. Llego al bar que esta repleto de gente bailando y bebiendo. Localizo a Carlos sentado en una mesa lejos de la gente.

— ¡Hermano! —se levanta y me da un abrazo.

Hago una seña al camarero para pedir unas bebidas, Pedimos Whisky. Empezamos a brindar y a tomar demasiadas copas.

No se en que trago voy pero calculo que llevamos una botella y media de Whisky. Carlos trata de levantarse y se cae en piso, todos empiezan a reír incluyéndome como si fuese la cosa mas divertida del mundo. Trato de ayudarlo pero me tambaleo, damos pena.

Carlos se vuelve a acomodar su silla y empieza a parlotear.

— ¿Cómo te ha ido con tu novia?

Creo que es el alcohol o simplemente debo contárselo a alguien y le confieso todo.

—No, no es mi novia… ella y yo solo fingimos para quitarme de encima a Barbar y que los paparazzi no sospecharan algo mas. —ante mi confesión Carlos se queda inmóvil y se queda mirándome fijo.

Y hace lo que menos pensé, reírse. Empieza riendo a carcajadas y lo fulmino con la mirada, que imbecil de amigo.

—No pero enserio, ¿por que tienes esa cara?

Suspiro cansado.

—La otra noche ella confeso que le gustaba pero yo no dije nada y sale volado en mi auto —la cara de Carlos valiera oro si fuera una fotografía—. ¿Qué?

—Que idiota eres, si yo fuera ella jamás te volvería a hablar —expresa y en cierta forma tiene la razón—. ¿Ósea que no te gusta?

Mi respuesta es muy sencilla y la digo sin pensar.

—Claro que me gusta maldita sea, es como una diosa.

— ¿Entonces porque la rechazaste?

Esta vez no lo digo en voz alta por pena a decir que tengo miedo que deje a alguien entrar  me arruine. Que sea tal vulnerable para que me hagan daño, ¿y si no se como ser un buen novio? Tampoco soy de esas personas que son tan románticas ni nada de eso, no soy de esos románticos.

—Cual sea tu razón, deberías dejarlo a un lado y intentar algo real.

Bebo un largo trago y asiento pensativo.

---

Carlos esta bailando en la pista de baile mientras yo solo pienso sobre si arriesgarme o no a la locura de ir a ver a Valerie. Quiero estar ahorita y sus respuestas sarcásticas pero dulces también, quisiera ver películas de Disney—que no me gustan para nada—pero por ella verlas y pasar tiempo los dos juntos.

Recuerdo el beso en la fiesta de aniversario de mis padres, fue algo increíble, algo que me lleno de todas las formas. Maldita sea, ahora quiero estar besándola de nuevo.

Veo la hora en mi reloj, son las cuatro de la mañana. Hemos pasado toda lo noche en este bar sin embargo solo me parece que hemos estado minutos. Busco en mis contactos a Valerie que la tengo como Diosa, trato de llamarla unas cuatro veces pero no contesta, le envío unos cuantos mensajes pero no le llegan.

Me acerco a Carlos.

— ¿Será que debo ir a verla? —cuestiono ansioso por verla.

— ¡Si! ¡Ve por ella! —asiento emocionado y salgo del bar.

Busco mi Porsche pero después me doy cuanta lo ebrio que estoy, entonces pido un taxi. Llega a los minutos y le doy a dirección del edificio de Valerie.

Llego al edifico le pago cincuenta euros al taxi—de seguro mañana me arrepiento por darle tanto—pero ahora no me importa.

Entro y veo al de guardia en una siesta muy placentera, me aclaro la garganta para que me de acceso.

—Buenas, ¿que necesita?

—Necesito ver a la señorita Valerie. —el señor me mira como si fuese un extraterrestre y niega con la cabeza.

—Lo siento, ahorita debe estar dormida y no puedo dejarlo pasar sin su permiso.

Trato de pensar en que mentira decirle, no se me ocurre nada, así que simplemente paso de largo sin el permiso del señor.

— ¡Hey! ¡Voy a llamar a la policía!

Marco el ascensor pero tarda mucho y subo las escaleras, subo hasta el cuarto piso donde se encuadra en apartamento de Valerie.

Busco su apartamento pero en este estado de ebriedad me cuesta un poco. Toco una puerta haber si es ella pero me sale alguien muy diferente, un tipo tatuado.

— ¿Eres Mason? ¿Vienes por el tatuaje? —me pregunta y yo solo lo ignoro y sigo mi buscada al apartamento de la Rubia que se adueña de mis pensamientos.

De un momento a otro recuerdo el número del apartamento.

—432, 432, 432 —me repito a mi mismo para no olvidarlo.

Lo consigo al final del pasillo y toco como loco.

— ¡Valerie!

Veo por el rabillo del ojo como el guardia y unos tipos mas se me acercan. Me agarran del brazo y me empiezan a arrastrar hacia el ascensor y yo forcejeo.

Pero justo Valerie abre la puerta medio dormida y ve me, abre los ojos asombrada por la escena.

—Valerie, pudieras decirles a estos idiotas que si puedo estar aquí —ella sigue analizando la escena hasta que después asiente y habla.

—Martín gracias por preocuparte, Daniel es un amigo mío. —la sola mención de amigo me causa malestar en el estomago.

—Si señorita y disculpe el problema —me dejan a mi en el piso y desaparecen de nuestras vistas.

Me levanto y Valerie se me queda viendo.

— ¿Qué haces aquí Daniel? —se cruza los brazos, esta molesta.

— ¿Me dejas pasar? —pregunto y ella asiente, se hace a un lado para darme paso.

Entro y el aroma de su hogar se me hace lleno de paz y armonía.

— ¿Has bebido?

Me encojo los hombros.

—Un poco.

Veo como se dirige hacia la cocina y busca agua. Me acomodo en el sofá y se acerca a mí, su aroma a rosas me pega en las fosas nasales.

—Ahora si… ¿Qué haces aquí?

Lo pienso en como confesarle mi travesía para confesarle que también me gusta.

—Quería decirte que…

Ella me mira expectante.

— ¿Decir que? —cuestiona y se pone un mechón rubio  atrás de su oreja.

—Que también me gustas… —ella solo me mira y asiente.

—Creo que tardaste un poco idiota. —sonríe.

Bajo mi mirada a sus labios y siento la necesidad por besarla, me acerco a ella y cuando mis labios están por llegas a los suyo una mano me interrumpe.

—No, no —la miro confundido por su actitud—. Te comportaste como un imbecil cuando yo te lo dije, así que no pienses que te lo voy a dejar tan fácil.

— ¿Qué debo hacer?

—Digamos que estarás a prueba, no podrás besarme hasta que lo decida yo. Debes compórtate como un autentico caballero, nada de mujerzuelas, fiestas ni nada de eso. Si quieres una oportunidad conmigo realmente debes esforzarte.

—Así que... ¿ni un beso? —cuestiono decepcionado y ella asiente—. Voy a hacer el caballero mas guapo de la tierra para ti rubia.

Ella sonríe y me da un beso en la mejilla.

—Ahora si, a dormir que mañana es viernes.

Me deja solo y caigo rendido.

***

Ahora veremos la faceta de Daniel como novio!

Los quiero!

Ya llegamos a más de 2k vistas!

Hasta luego...

Ashuuuuu





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