Holaaaaa, anoche decidí trabajar en un prólogo improvisado antes de subir el primer capítulo, me emociona, está tercer historia, el titulo que le puse puede ser provisional de hecho tengo un título en la portada diferente del título, que corregiré en cuanto tenga tiempo disponible. Espero contar con sus votos y cometarios. Bendiciones y disfruten la lectura
Llevaba en los ojos la evidencia del cansancio, había transcurrido semana y media desde que se separaron del grupo; el mismo tiempo en que apenas lograba cerrar los ojos, apenas y dormía un par de horas; sin embargo, no se quejaba, sino que se sentía agradecido. Otro en su lugar se estaría cuestionando sino era acto arrebatado, sino se arrepentiría en el futuro (si estaba haciendo lo correcto), pero no lo era y no lo estaba.
Se consideraba un hombre cabal a pesar de su edad. Tal vez estaba truncándose un futuro más prometedor a la vista de muchos hombres, más no se arrepentía en absoluto, salvo tal vez... solo tal vez, decepcionar a su padre.
Era ya bastante tarde y aún no lograba decidir donde acamparían esa noche, el clima frío recrudecía; sabía perfectamente que no era el único agotado, los caballos necesitaban descansar también, sin mencionar a la chica que lo acompañaba qué era quien realmente le preocupaba. La joven mujer solía llorar la mayoría del tiempo en silencio, salvo cuando dormía y la pesadilla recurrente de ser secuestrada y violentada no le atormentaba en sus sueños, era lo más difícil de sobrellevar ya que el silencio que prevalecía la mayor parte del viaje hasta ahora siempre era interrumpido por los gritos de la chica.
No se consideraba un hombre de bajos instintos ni mucho menos de los de hacer las cosas por impulsos, pero... sabía que no había obrado bien, nunca imaginó hacer algo como lo que había hecho semana y media atrás... más no se arrepentía; no, de llevar consigo a la chica; no obstante, estaba desesperado simple y sencillamente porque no era la mejor forma. La joven le había reclamado ferozmente ante la impresión y decepción sin mencionar que buscó la manera de huir de él, su objetivo no fue perjudicarla, lo hizo porque la quería; la quería y estaba tan alterado por perderla que había tomado medidas desesperadas sin tomarla en cuenta, ahora se preguntaba porque se había comportado de aquella forma tan egoísta sabiendo bien que no tenía un buen futuro que ofrecerle y que la muchacha no compartía los mismos sentimientos.
Su carrera como guerrero probablemente se había acabado, no porque su Laird pudiera castigarle por arrebatarle la prometida a un guerrero de su propio clan puesto que por la forma en que se habían dado los acontecimientos dudaba que aquel compromiso repentino y boicoteado llegara a sus oídos por propia conveniencia. No le penaría ni siquiera por el hecho de que desviara su camino hacia otra de sus tierras (eso ya lo tenía arreglado) sino porque si quería lograr que la chica algún día llegara a quererlo tendría que luchar por ella, librar la mayor batalla de su vida para ganar su corazón y vencer el pasado del que la estaba alejando, estaba seguro que moriría antes de que Coira volviera a poner un pie en aquel maldito lugar...
...Se detuvo entonces, estaban a una noche de poder llegar a la primera posada del camino, llegar hasta donde se encontraban ahora no le resultó nada fácil; primero, porque al principio ella no colaboraba e incluso trató de volver con el grupo lo cual le sorprendió, esperaba por alguna razón equivocada... que encontraría en Coira mucha más sumisión al destino que él había escogido para ella, quizás la misma sumisión, aceptación o resignación que manifestó cuando el esposo de su señora decidió casarla con el imbécil de Leathan. Segundo, Shaw había esperado un asentimiento callado ante el cambio de planes, ante los acontecimientos, pero no fue así y no lograría olvidarlo.
Cuando pensaba en ello podía sentir que se le revolvían las entrañas, no era fácil o más bien era difícil entenderlo. No fácil porque sentirse en desventaja frente a Leathan nunca había sido algo sencillo de digerir y difícil porque con el hambre que llevaba a cuestas cualquiera se habría confundido y hubiera dicho "es el hambre". Ya mañana se daría el lujo de comer hasta ahora guardaba lo posible para Coira e incluso para los caballos, había tomado todo cuanto calculó que sería necesario para realizar su empresa, no quería llevarse una sorpresa y poner en una situación poco conveniente a la joven mujer.
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Un McKenzie Enamorado
RomanceNo hay un clan más respetado que el de los McKenzie, son conocidos como "El clan del Honor"... Sin embargo Shaw McKenzie comete la peor de las afrentas que un hombre puede hacerle a otro, ha decidido que no perderá al amor de su vida aunque la chica...