Un McKenzie Enamorado

Capítulo 29 Miedo

Hola Chic@s les pido una disculpa por no dedicar el capitulo, les cuanto que no recuerdo si les comente ayer que inicie hace unos meses en el sector inmobiliario, me llevo 3 meses lograr una venta, pero la venta llevaba un proceso y justo cuando el cliente debía firmar y yo pudiera cobrar mi primer comisión, esto el día de ayer cancelo la compra, y le segunda venta que había realizado, la cancelaron hoy. No percibo un sueldo, me siento desesperada y frustrada porque pensé que empezaría ver los frutos de mi esfuerzo, la vida no es justa y siento que estoy a tope, pasando por muchas cosas y sintiéndome muy sola. 

De verdad valoro mucho sus votos y comentarios en mis historias, cuando los leo, algo bonito se instala en mi pecho y me consuela en días como este. Necesito un empleo nuevo donde si perciba un sueldo y no termine muriendo de hambre. Si me pierdo nuevamente discúlpenme, necesito salir adelante, pero si quisiera tener la gallardía de dedicarle tiempo a las historias mientras, consigo un nuevo empleo y obtengo todas las cosas bonitas a las que aspiro profesionalmente, mientras atiendo las necesidades de mi hija, solo que no soy la heroína de mi propia historia, en la vida real las cosas no suceden ni por mucho que las luches, ni por mucho que las desees, no obstante hay que seguir adelante y esperar como dice la canción el día de mi suerte. Disfruten el capítulo.

— El niño tiene un aspecto terrible, deberíamos llevarlo con Elspeth o con Nimue, creo que está en una de las granjas vecinas, déjame recordar en cual.

El pelirrojo que derrochaba amor paternal de sobra para el pequeño Boyd estaba realmente preocupado por su apariencia raquítica.

— Confío en las recomendaciones de Igor -expresó con seguridad y sinceridad, pese a que ella misma estaba angustiada.

— Igor..., es solo un albéitar -sentenció con despotismo, a causa de la angustia.

— Igor es más que solo un albéitar, Shaw. Si no ayuda a las personas es porque no se siente cómodo, se entiende mejor con los animales -defendió la muchacha.

El pelirrojo se removió los cabellos, su esposa tenía razón. Había escuchado suficiente de los hermanos Urquhart para darle la razón, no obstante; no lograba calmar la zozobra, el niño lloraba agotado; con aquel aspecto demacrado que no anuncia nada bueno y, espero, esperaron; a Coira el rostro se le fue desencajando. No es que dudara ni por un instante de la capacidad de Igor, sino más bien qué... tal vez el buen Dios hubiera escuchado sus ruegos de quitarle aquel peso de encima.

— Yo sé que Igor es más que un albéitar, lo sé -suspiró-. Estaría más tranquilo si alguien con más experiencia me dijera que estará bien.

Las horas transcurrieron, la angustia se apoderó de sus mentes, Shaw agotado e irritable, salió de ahí dispuesto a conseguir a Nimue o a la madre esta para ayudar; Coira no quiera quedarse sola, así como no quería detener al pelirrojo en su empresa. Los espasmos y malestares el pequeño Boyd no cesaron hasta muy avanzada la mañana. Para cuando el preocupado padre del pequeño apareció, el niño ya presentaba un aspecto sereno.

Lilibeth había llegado a casa del joven matrimonio para ver cómo se encontraba el adorable bebé, al llegar le sorprendió ver a Coira más cansada y, genuinamente angustiada por el estado del pequeño Boyd. Acto seguido, revisó al niño tal como Igor Urquhart sugirió, además de las recomendaciones de la señora Ross que dijo que más tarde estaría de visita para ver al pequeño.

La pelirroja se esmeró en proporcionar al niño unas gotitas que su abuela le ayudó a preparar y en poco rato como si fuera el aliciente que le faltaba, mejoró el semblante de la pequeña y delicada criatura. Shaw encontró al pequeño como se mencionó previamente con aspecto sereno.