Capitulo dos Semana y media después...

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Hola mis querid@s Lector@s espero que haya disfrutado de una linda navidad al lado de sus seres queridos, y que este año nuevo venga cargado de bendiciones y buenas vibras. Así que cierren el año con toda actitud positiva porque este 2022 será un año muy prometedor, les dejo este capitulo , espero que los disfruten...

Llevaban días desde que Shaw revelara sus intenciones; cada que trataba de acercarse, de decir algo, cada que caminaban, cada que se detenían Coira se mostraba inasequible; las cosas no mejoraron, le llevo una semana recuperarse en el camino que avanzaron, no solo alejándose de su pasado, sino hacia su nuevo destino. Hubo Shaw que armarse de paciencia más de la que imagino en primera instancia. Sin embargo, hacía un par de días le miraba con severidad cuando se mostraba más renuente a razón de sentirse herido. Hasta que un día de esos que no son buenos por la razón que sea, le miró con rabia, estaba cansado, hambriento, desesperado; con una mirada severa la hizo sentarse, lo ojos de Coira brillaron como si quisiera llorar y sintió su mundo derrumbarse, tenía que hablar.

— Coira escúchame –pidió con angustia y le tomó la mano que tenía apoyada sobre una piedra, la joven mujer al retirarla perdió el apoyo y sintió echarse atrás recostándose más de lo que hubiera querido, era demasiado tarde para hacer algo, no había nadie para defenderla, no pudo siquiera cerrar los ojos petrificada por la imponente presencia del hombre que tenía enfrente.

— No te haré daño, déjame hablar.

Shaw trató de identificar una reacción menos evasiva y verla en ese estado le dolía, quería presionarla y no; no más de lo debido, no obstante; debía sacarla de ese trance y decidió acariciar su rostro, la joven hizo una leve negación como respuesta. Observó un instante su postura; su alargada figura en aquella posición, le pareció que no tenía malas intenciones y, no cada vez que posaba sus ojos en ella lo hacía para mirarla con morbo.

— Escúchame –insistió; ya que parecía haber reaccionado y como hacía en los anteriores días una vez que ella se negaba a algo y quería avanzar, trataba de tener un contacto y retrocedía cuando ella lo pedía logrando así que respondiera a sus demandas a cambio de respetar su espacio. Logró un asentimiento.

— Te quiero –y con el corazón prácticamente en la mano dijo con cautela-, quiero que seas mi esposa Coira.

La muchacha se limitó a llorar, no entendía porque le decía aquellas palabras, quería comprenderlo, pero no lo entendía, no podía creerlo. ¿Por qué? Lo miró después de un largo rato de estar perdida en aquella incógnita, supuso que tal vez quisiera facilitarle las cosas a cambio de lo que deseaba, esa idea le desagrado aún más y reunió valor para decir:

— Yo no quiero, ni puedo ser su esposa porque... jamás quiero ser su mujer –había hecho una pausa para decir claramente lo que quería que entendiera pues cada una de las primeras palabras podrían no entenderse debido a los sollozos.

— No voy a obligarte a nada te lo prometo –dijo entonces, muy a pesar de que se sintió incapaz de lograr exprresarlo debido al agudo dolor que sintió en el pecho; aunque bien sabía que la respuesta no sería diferente.

Coira jamás había sido suya en ningún aspecto, no le había robado el corazón; ni su amor, ni su alma le pertenecían, pero Shaw la amaba; con solo el hecho de existir la había amado; solo había bastado con verle sonreír para sentir y saber que él le pertenecía como si hubiera nacido solo para ella.

— Cásate conmigo Coira, mañana te llevaré a una capilla y ahí nos casaremos –hizo una pausa, tenía que darle opciones; una salida si para ella la vida junto a él significaba el infierno, porque su negación fue un acto reflejo, pero necesitaba darle al menos un par de opciones antes de recurrir a la manipulación- si no es tu deseo estar unida a mí para siempre, dame al menos la oportunidad de un matrimonio a prueba, con el salvarás tu honra y si después de un año y un día decides que ya no quieres ser mi esposa, te dejaré ir y nadie en donde estemos podrá reprocharte nada.

Un McKenzie EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora