Capítulo 8 caminos parte 2

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Holaaaaa, ya se desean ahorcarme porque me pierdo mucho, les pido paciencia para esta alma desorientada, aquí les dejo un capítulo más, espero les guste.

Renuente a dejar aquella habitación, echó un último vistazo, Coira se notaba demacrada en exceso y temió por la salud de su esposa debido que aquel estado no suponía una alegría sino una gran penuria y cierto era la gente llegaba a morir por eso. Delicada como estaba, cansada por el viaje y por el tormento de un pasado que hubiera querido dejar atrás pero que repentinamente le alcanzaba. Apronto los pasos al encuentro de Andreas que estaba impaciente por saber todo aquello desconocía, tendría que cuidar sus palabras y asegurarse de contar con el apoyo de su amigo.

Tan pronto llego, Andreas le encomendó ciertas tares que, pese a no desear que desempeñara ipso facto requirió esclarecer a la brevedad la situación en la que se encontraba. Primero anuncio el embarazo de su mujer requeriría de sus cuidados debido al mal aspecto lo cual solo gano sonoras carcajadas como respuesta, al precedente de que buscaba no alejarse de su mujer.

— Tu mujer no está enferma, solo está agotada por el largo viaje en tan austeras condiciones para un clima tan extremo –comunicó Andreas restándole importancia-, tendrán que acostumbrarse tanto tú como ella a que no siempre estarán juntos, sabes que ella estará bien protegida aquí.

— No consiento que te burles de mi preocupación, Coira es mi esposa y sé que es fuerte, no obstante; la he visto padecer durante todo el trayecto y mi deber me indica que debo quedarme cerca de ella hasta que se encuentre realmente bien. Además, das por hecho que llego aquí solo para dejarla a tu cuidado, Coira no desea permanecer en la fortaleza y yo no sé qué decida sobre el laird sobre mi destino si se entera de lo que ha sucedido.

— ¿Qué ha sucedido! –pregunto entonces con prontitud e inquietud Andreas, Shaw era un joven guerrero que por naturaleza actuaba coherencia; sin embargo, ya deducía había algo mal en ese asunto más allá del simple hecho de haberse fugado con la chica.

— Me he robado a la mala a Coira –confesó al fin y con ello hizo abrir grandes los ojos de su interlocutor-. No me enorgullezco de ello, como tampoco me arrepiento.

— Te has oído Shaw, dices que forzaste a la joven y la llevaste consigo a cruzar media Escocia en contra de su voluntad.

— Era eso o dejársela a Leathan –en la afilada voz del muchacho se asomó la certeza de que antes de que eso ocurriera prefería haberlo matado, no le sorprendía entonces el actuar del joven guerrero.

— ¿Laird lo sabe? –pregunto entonces.

— No, Coira se ha resignado a ser mi esposa por un año y un día, espero que al término de ese periodo cambien sus sentimientos por mí.

— No deberías ser tan desgraciado como para forzar a una mujer a corresponderte solo porque temías a la competencia Shaw -cierto que, aunque a Leathan se le amontonaban los años también las mañas y la experiencia y no faltaban mujeres retozando a su lado.

— A estas alturas ya no voy a arrepentirme.

Al pobre Andreas se le revolvió el estómago al hacer uso de su imaginación y materializar una escena de Shaw imponiéndose a la joven para ganarla por sobre Leathan y forzándola luego a huir con él, a aceptarlo como esposo, así fuera de forma temporal para salvar su honra de alguna manera, al menos su hijo no nacería como un bastardo; sin embargo, nunca habría creído que Shaw podría actuar de aquel modo.

Shaw se removió incomodo en el asiento y se levantó para evitar la mirada acusadora de Andreas, era preferible omitir el fugaz compromiso de Leathan con Coira hasta que fuera necesario, si Leathan llegaba a por él entonces lo enfrentaría pero de no ser así, no habría razón para que alguien más lo supiera, no quería ni el atisbo de que alguien pudiera enterarse de la desgracia de la que había sido víctima su esposa y si quería que Andreas comprendiera las actitudes ariscas de la joven era mejor inventarse aquella historia aunque su honorabilidad quedara por los suelos.

Un McKenzie EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora