Capitulo 7 Caminos

173 37 8
                                    

Hola chic@s, les dejo nuevo capítulo espero lo disfruten.

Llegaron a Munro donde al fin el pequeño grupo se desintegró, Darroch pagó la buena compañía pese a que Shaw se negara. Les proveyó de una pequeña tienda, víveres, y el pequeño carro donde arrastrar sus posesiones, en el camino encontraron a viajantes que les tendieron la mano haciendo que llegar a su destino no fuera nada difícil, ayudando con ello al pelirrojo que ya se arrepentía de haber raptado a Coira debido a lo demacrada que se veía por aquellos días con malestares continuos y se dedicó a rezar con ahínco por la salud de la muchacha, temiendo que pudiera ser él... la más grande desgracia que ella hubiera enfrentado al cruzar por su cabeza la idea de la muerte por el mal estado de su ahora esposa.

Después de devolver cada alimento de la mañana desde dos días antes de separarse de los Darroch, coger una tos seca, dolor de tripa, además de ganar grandes ojeras y verle los ojos hundidos; no le quedaba duda de que, si no llegaban cuanto antes y encontraban a alguien con conocimiento en tales malestares, sintió que podía perderla. Eso sin contar que nomás perder la compañía de la pelirroja el humor amable y despreocupado hubieron desaparecido y las pesadillas regresaron. Estaban iguales o peor que al principio. Como Coira no asimilara la idea de volver a estar a solas con él, al mismo tiempo que se veía que no dormía con tranquilidad se notaba terriblemente exhausta y con mucho sueño, tanto como para fracasar en sus intentos de permanecer alerta.

Tan pronto como avistó su destino apresuró el trote de los caballos para llegar al castillo. No demoró en buscar a Andreas y suplicar que se le diera atención a su esposa. Andreas no dudó en poner a su disposición a Elsbeth, que alivió la tos de la joven y la proveyó de remedios calmantes para su nauseas, después de ser provistos de una habitación, agua, alimento y fuego. No tardo Andreas en mirarle con evidente reserva ante su presencia en compañía de aquella joven que recordaba era la doncella de Lady Merebtih Conrbac.

Coira no se detuvo a observar la belleza del camino o las formas del castillo, ni siquiera en el ruido proveniente de la playa, lo único que la alertó fue sentir como Shaw la tomaba en sus brazos para llevarla a la habitación que les habilitaron, momentáneamente no percibió aromas y todo le pareció más frío y triste en aquel lugar. Solo cuando llegó a la habitación el olor a hierbas y aceites se mezclaron para mitigar un poco la sensación de cansancio.

Otra mujer aparte de Elsbeth a quien ya le habían presentado la acompañaba, era la hija menor de la sanadora que afortunadamente se encontraba disponible para ayudar a su madre. Entre las dos acordaron atender a la joven a quien Shaw le quitaba el abrigó con evidente preocupación, el calor del hogar y el agua lista para la joven representaron un alivio para el muchacho que esperaba reconfortaran a la cansada y enferma chica; se encargó de aflojar el vestido y de quitarle el calzado; cuando la mujer le indicó que podía retirarse, la miró a los ojos tratando de convencerla de que no intentara moverlo de ahí.

Nimue entendió la angustia del joven pues el aspecto demacrado de la joven era motivo suficiente, así que se acercó a él para susurrarle — Estará bien, ve con Andreas y en cuanto la hayamos revisado iré a decirte.

Shaw agradeció las palabras de la amable mujer, algo en el tono de su voz le hizo calmarse y confiar. Salió de escena mientras que llevaban a la joven a la bañera, Coira estaba consiente, pero débil no había duda de que el viaje había resultado más agotador de lo esperado para una joven como ella. Pronto la bañaron brindándole calor a su cuerpo luego le untaron aceites en la espalda y pecho y la abrigaron no sin antes auscultarla. Tal vez con algo de suerte, suficiente descanso, comidas adecuadas para su condición, remedios y mimos pronto estaría disfrutando de una recuperación favorable y... un embarazo sin complicaciones.

Fue entonces Nimue en busca de Shaw que se encontraba en el salón de estudio para informar que la muchacha necesitaba descanso y buenas atenciones pero que pronto se recuperaría y podría volver a la cotidianeidad a la que estuviese acostumbrada...

Un McKenzie EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora