Capítulo 18 las pecas

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Hola mis querid@s lector@s mi ausencia se que es prolongada, no voy a mentirles estoy pasando por tiempos difíciles, tiendo mucho a deprimirme con facilidad supongo. De salud me encuentro relativamente bien, no las agobiare con esas cosas, mi perrita murió, justicia para mi gatita no se hizo. Tengo que ver la cara burlona de mi vecina todos los días y ha sabido que se enorgullece y cuenta todas las atrocidades que hace en contra de perritos y gatitos, dice que nadie tiene pruebas, si las personas fueran valientes y testificaran en contra de ella habría justicia pero las personas son cobardes. Mi gatita se recuperó maravillosamente, es tan tremenda como siempre. Tengo una cachorrita nueva, fue rescatada de las calles.

Me tomó la molestia de extenderme en este tema, cuidemos de los animalitos indefensos, que no nos gusten no quiere decir que debamos hacerles daño. Si ven un gatit@ o perrit@ en situación de calle, si esta es sus posibilidades ayudar para que sean esterilizados la cantidad de animalitos sufriendo en las calles se reducirá. Quienes se dediquen a cuidar, rescatar y dar en adopción por favor sean respetuosos de quienes quieren recibir un nuevo integrante en su familia. Yo he experimentado en carne propia que cuidadores me traten como si yo fuera una persona que no cuida de sus mascotas y se siente feo (encima de estar viviendo un duelo enfrentar acusaciones sin fundamento es profundamente doloroso). Al principio no quería mas mascotas es decir ni un perrito más en casa pero mis hijas estaba sufriendo muchísimo y me decían que querían otro perrito. Decidí llevar a casa un perro grande (enorme por cierto, hermoso y bonachon con las personas pero casi mata al gato de mi vecina y por esa razón lo tuve que devolver, no quiero que haga puré de negrita). Ahora tengo una perrita que es flacucha y por más que le doy de comer ni crece ni engorda:-). Sentí la necesidad de otro perro que sea talla grande. Sigo extrañando a mi Gueisha con sus patas grandes y sus pelos que salen de donde sea, era una Golden preciosa, si tuviera dinero tal vez compraría un perro grande pero que no se pareciera a ella porque no hay perro que pueda reemplazarla, ya intenté adoptar pero como les mencioné no es fácil. Estoy por recibir un par de gatitos para darles un hogar temporal.

Ustedes ya sabes que pueden pasar a leer la historia directamente, no e necesario que lean mis  anécdotas personales pero ya no recuerdo si les conté que ya terminé mi carrera, entre otras cosas he buscado trabajo (aun no encuentro), procuro no desanimarme y pues honestamente habia dejado de escribir, he decidido retomarlo. Terminaré las historias que tengo avanzadas, además de pienso corregir las que hace tiempo escribí y que no he corregido, por que aunque ofrecieron comprarlas no las vendí por esa razón, tal vez mi oportunidad laboral esta en mis historias, por favor me gusta mucho leer sus comentarios, críticas (aunque a veces raspen), recomendaciones, observaciones y felicitaciones porque me ayudan a crecer como escritora. 

Este capítulo va especialmente dedicado a @nich521979 @carichoazul @NailaGraterol @AlexaGarcia237 @Dianacristinatobon @LettyKarinaRogelSanc y Guadalupe14480. Gracias por estar pendiente de la historia.



— Te daré unos minutos, tengo que hacer algo en el establo y regresaré para desayunar contigo, he decidido tomarme el día.

Aquello tomó por sorpresa a la chica, el esperaba pasar el día en casa, era la primera vez que le escuchaba decir aquello, se le antojó impensable tenerlo en casa no sabía cómo interactuar con él ahora que la Shaw se había permitido ciertos atrevimientos con ella. Se sintió nerviosa, por un momento respiró con dificultad y pensó que no era el momento para derrumbarse en medio de un ataque de pánico, necesitaba ser fuerte, demostrarle a Shaw que no lo necesitaba y que no le temía, empezaba a sentir que si le mostraba miedo después de retarlo de aquella manera podría querer someterla para demostrar quien mandaba.

Hacía mucho que no le parecía un hombre peligroso no como el tipo de peligro que le quitaba el aire, pero seguía teniendo miedo, ese que la acompañaría el resto de su vida y sentía que eso no cambiaría jamás, que siempre tendría miedo de él. Se calmó a medias, el aroma de todo lo que había en la mesa hizo que su estómago demandara alimento. Quiso atragantarse de todo, quizás por efecto de los nervios, quizás solo era lo normal de cualquier embarazó, solo se atrevió a morder un pequeño pedazo de pan con mantequilla, una rebanada de queso y té, trató de ocultar lo que había tomado, no quería ser pillada en falta pues no lo había esperado para comer con él a la mesa.

Un McKenzie EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora