Capítulo 16 En su vientre

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Hola me disculpo por la demora, he estado buscando trabajo y me quedé inmersa en ese canal, aunque no he conseguido nada aún. Y entre otras cosas, mi perrita enfermo y hoy le quebraron la patita a mi gatita que aún es una bebé, ambas necesitan cirugía de urgencia y pues espero cuando vuelva a escribir contarles un final feliz, hoy tengo mis ojos hinchados de tanto llorar y hacer corajes porque la persona que le quebró la patita a mi gata hasta se burló, ya que tiene costumbre de envenenar y maltratar animales como si fuera un deporte, entre otras cosas les diré que mañana levantaré una denuncia, y pues dentro de todo me siento agradecida porque varias personas me están apoyando para conseguir el dinero para las cirugías, cuando esto haya pasado les contaré a detalle.

Les mando como siempre... besos y bendiciones. No olviden dejar sus votos y comentarios.

Shaw se perdió en aquel juego imaginario con aquel ser que se alojaba en el vientre de su esposa como si en verdad llevara sus genes, su sangre, como si fuera parte su historia de amor, aunque nunca hubiera hechos suya a la mujer que lo gestaba. Se sintió cansado y recordó que Coira también debía tener sueño. No quiso mirarla a los ojos porque tan pronto recordó que su mujer estaba a su lado y en su cama el cuerpo exigió que hiciera algo por tenerla.

Observó una vez más el vientre de su esposa, pensó (es mi nuestro hijo). No podía mortificar a su mujer con su deseo, se calmó, manipulo con cuidado a su mujer para quitarle la bata tenderla en la cama y una vez, habiéndose quitado todas y una de sus prendas como si fuera lo más normal del mundo y ausente de las emociones de Coira se echó a dormir. La atrajo hacia sí y se perdió en los más maravillosos sueños que pudiera tener una hombre enamorado y satisfecho.

***

Coira no fue más que un títere en sus manos, a medida que el hombre la había acomodado en la cama, sintió que su cuerpo se helaba hasta los huesos a pesar de que la temperatura era bastante agradable. Duérmete, le había dicho y la joven sintió que su cuerpo se relajaba al escuchar aquella orden, entendía que no la tocaría... no como aquellos hombres, no de sea manera a la que ella tanto temía. Lo sintió meterse a la cama y atraerla a hacia él y mover sus manos a modo que ella lo abrazara, cosa que nunca había hecho. Coira sintió que el hombre le había colocado una de sus manos sobre sus glúteos, y aunque hubiera querido no mantenerla ahí el la sostuvo hasta que ambos se quedaron dormidos.

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Lilibeth seguía haciendo de las suyas, se había enterado que Ryan había bebido con el pelirrojo, gozaba tontamente en torturara joven Urquhart y deseaba inquietar a si al joven McKenzie, se había enterado por la cuñada de Igor y Ryan que la unión de Coira y el pelirrojo era temporal, Tara se había hecho amiga de Coira la cual le había pedido trabajo, acordando que después de su tiempo de guardar además de hacerle un par de vestidos, le ayudaría con planchado y en días de venta de gallinas. No le parecía que el matrimonio McKenzie tuviera problemas, pero por la falta de interés de Coira por el pelirrojo es probable que no lo quisiera. Coira le parecía todo menos una mujer divertida.

***

A Coira se le subieron los colores una vez más en el transcurso del día; como cada miércoles, salió a entregar algunas costuras, como era costumbre visitó a Tara e incluso la ayudo a matar unos pollos, era una de las actividades que más le gustaran, pero sabía hacerlo y todo aquello representaba una ventaja financiera para cuando su matrimonio temporal llegara a su fin, podría pedir asilo, trabajar con ellos y continuar con las costuras, mientras desplumaba un pollo, recordó su mano sostenida por la de su esposo colocada en el trasero de él, esto no habría sido tan vergonzoso como levantarse y arrastrar consigo las sábanas y darse cuenta de que su esposo estaba totalmente desnudo, sacudió la cabeza para no pensar más en ello.

Un McKenzie EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora