01.

11.5K 1.5K 1.3K
                                    

Estar de gira era algo maravilloso, viajar de un lado al otro haciendo presentaciones frente a sus fans y verles las caras llenas de alegría o de lágrimas por el sentimiento que él les transmite era algo que no cambiaría por nada ni nadie.

Lo bueno es que nunca tendría que elegir entre alguien que ama y su carrera, porque quienes lo rodeaban siempre velaron por su bienestar y felicidad, apoyándolo en su sueño y celebrando con él sus éxitos.

Esa noche era muy especial, ya que sería la última presentación de la gira de su tercer álbum, tomaría un descanso de los tours para centrarse tanto en la producción de su cuarto disco como en su ceremonia de matrimonio con Tachibana Hinata, su futura esposa.

Ya había hecho la prueba de sonido el día anterior y todo estaba listo, así que estaba simplemente esperando la hora del concierto, así que se permitió dormir un poco más. Ya siendo las 10 de la mañana se levantó, su novia había salido de la habitación que compartían en el hotel desde temprano sin despedirse así que no la encontró cuando despertó pero realmente no le afanó, Hina tenía su vida aparte, seguramente tenía cosas importantes que hacer.

Pidió un desayuno completo para la habitación y prendió el televisor para ver alguna serie, así que mientras comía se dispuso a llamar a su mejor amigo, Matsuno Chifuyu, el cual no contestó. Aquello sí lo extraño un poco ya que él solía estar muy pendiente del celular, pero tampoco le prestó mucha atención, quizás se estaba bañando o algo por el estilo.

Unos minutos después recibió una llamada por parte de Hajime Kokonoi (o solamente Koko), su manager, contestó inmediatamente, limpiando en su camisa sus dedos que estaban untados de pan y mermelada.

—Hola, Koko, ¿todo bien?— saludó feliz el pelinegro a través del teléfono.

—Buenos días, Takemichi, ¿Cómo amaneció mi mina de oro?— la voz de Koko sonaba alegre, hasta que escuchó cómo se quejaba, seguramente había recibido un golpe por parte de Inupi por haberlo llamado de esa manera. Takemichi rió ligeramente cuando escuchó un "bueno, ya, ya, disculpa". —Bien Take, ¿Listo para esta noche?

—Más que listo, estoy emocionado.— respondió el ojiazul, bajándole el volumen a su televisor para prestarle completa atención al de cabello blanco.

—Me parece bien, debes cerrar con broche de oro, todos están esperando mucho de ti, desde que anunciaste tu descanso ha habido mucho revuelo por ver qué no sea como todos los que anuncian un descanso y luego no vuelven.

La risa del pelinegro se hizo oír, podía escuchar a su amigo rubio diciendo "18 mounts my ass" detrás de la bocina.

—Eso no va a pasar, amo hacer música, amo ir de gira, amo a mis fans. Solamente es que he llegado al momento en que quiero iniciar mi propia familia.— le respondió el pelinegro imaginando una vida con Hinata, la mujer más preciosa del mundo.

Conocía a Hinata desde muy joven, pero se empezó a enamorar de ella cuando ya eran pareja. Al principio solo le dijo que sí por lo linda que era y porque no quería seguir soltero. El primer año de relación fue frío, él no le prestaba mucha atención a su novia, la ignoraba y pasaba mucho tiempo con sus amigos; ella era la que más se esforzaba para que la relación saliera a flote. Ya con el tiempo se fue acercando más a ella y pasaban tardes enteras juntos, haciendo que el sentimiento creciera paulatinamente.

Ya cuando la relación iba mucho más en serio, Hina lo presentó con su familia, su suegra lo quiso desde el primer momento pero su suegro no, tanto que le pidió que terminara esa relación, ya que Hina merecía algo mejor y él no se lo iba poder dar. Él accedió, pensando que el señor Tachibana tenía razón y que de igual manera la iba a superar bastante pronto.

Di que sí, IdolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora