18.

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Era la primera vez en todo su tiempo en Manila que Takemicchi salía a un lugar más concurrido, pero estar junto a Mikey le era más que suficiente para disfrutar del momento.

Ambos hombres entraron a una de las tiendas del centro comercial, recorrieron los pasillos, vieron ropa y cosas del hogar, hablaban entre ellos y decidían cuál serían los regalos perfectos para la familia de Sano y sus amigos, los dos casi vacían la sección de infantes ya que querían llenar de regalos a la pequeña Olivia, el carro se llenó rápidamente entre prendas de vestir, accesorios deportivos, y cosas de tecnología.

A la hora de pagar la cajera casi se desmaya ya que reconoció al idol, poniéndolos alerta, sin embargo, debido al cambio de look del mayor no logró distinguirlo, así que le pidió que si podía tomarle una foto con Takemicchi, a lo cual el teñido aceptó. Luego de cobrar la cuenta que pagó el ojiazul luego que decirle que no se preocupara, y luego de una discusión le dijo que le pasaría su número de cuenta para que le depositara el dinero, así que el mayor terminó accediendo ya que de otra manera la empleada debía hacer dividir la cuenta y volver a registrar todo, y él sabía bien que todo eso era un dolor en el culo.

Salieron de ahí en busca de algo de comer, fueron a la plaza de comida y pidieron un combo de hamburguesa con papas fritas y gaseosa, ambos acordaron que las de su primera salida eran mucho mejores.

Estaban demasiado ensimismados en ellos mismos para darse cuenta de las miradas de los demás, ni las fotos que les tomaban.

El teñido no iba aceptar que Takemichi pagara, "la próxima pagas tú" le dijo. De cierta forma, esa frase se había vuelto algo de ellos dos.

Dieron algunas vueltas por el centro comercial, pasaron por un pequeño arcade y jugaron quién sabe cuántas horas, apostando cosas como dulces y canciones, se sentían como si fueran las únicas personas vivas sobre la faz de la tierra.

En varios momentos fueron interrumpidos por algunos fans y tuvieron a varias personas detrás de ellos por el tiempo que estuvieron en el lugar, todos querían una foto con el idol y Mikey era el encargado de tomarlas, mientras se ocultaba lo mejor posible con el tapabocas y el sombrero, le agradecía bastante el cambio de look a Senju, gracias a eso casi nadie lo había reconocido, ni siquiera en la tienda.

Salieron del centro comercial dos horas después y dejaron las bolsas con todo lo que habían comprado y se devolvieron a la casa del pelinegro natural, ahí empezaron a envolver los regalos, Takemichi también les había comprado algunos detalles a sus amigos y los enviaría a Japón al día siguiente.

A las diez de la noche prepararon una comida rápida y Mikey se quedó a dormir.

—¿No te quedas? La cama es lo suficientemente grande para dormir los dos, prometo no molestar, solo no quiero quitarte de tu propia cama y sé que no vas a aceptar que duerma en el sillón.— dijo el mayor luego de recibir la pijama que el pelinegro le extendió, cuando vio que el dueño de casa se alejaba quiso persuadirlo de compartir la cama de manera no sexual (a menos que el otro le insinuara algo, claro está).

El ojiazul sintió su cara arder, compartir cama con alguien le parecía demasiado personal y no lo había hecho con nadie más que con su pareja, así que se sentía avergonzado de dormir con alguien más, incluso si habían dormido juntos el día anterior en el sofá, con sus mejillas rojas y brillantes se negó.

—No te preocupes, Mikey-kun, está bien, lo que más me importa es tu comodidad, si necesitas algo puedes pedírmelo.

El ojinegro se percató de la incomodidad del cantante, así que no insistió, pero sí hizo un pequeño ruido de molestia. Ante aquello, Takemicchi soltó una pequeña risa y se acercó al chico que tenía un puchero en la cara, tomó sus mejillas entre sus dedos y levantó el rostro del mayor, lo miró a los ojos y se acercó.

Di que sí, IdolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora