05.

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Estaba frente a él, frente a Hanagaki Takemichi.

Las luces lo cegaban pero estaba frente al hombre que más amaba en todo el mundo y este lo estaba mirando con una sonrisa.

—Hola futuro esposo, ¿Cuál es tu nombre?

La voz del pelinegro se escuchó  a través de los parlantes y él no podía emitir sonido, teniendo el micrófono frente a su boca y solo una "a" ahogada salió de sus labios, avergonzándose intensamente a sí mismo.

Terminó tapando su rostro y agachándose en un pobre intento de esconderse, sí, esconderse en frente de 15.000 persona, el rubio sintió como una cálida mano se posó en su hombro, levantó la mirada y los ojos azules lo miraban con una combinación de ternura y gracia y se volvió a esconder.

—Está bien, ven aquí, todo está bien.— Takemicchi lo tomó entre sus brazos y lo hizo esconder su rostro en su pecho, haciéndolo sentir seguro, el rubio se sonrojó profundamente y se acercó más al idol.

Ya escuchaba más claramente, estaba más consciente de la situación y aunque no estaba convencido de si era un sueño extremadamente realista se dijo a sí mismo que debería aprovechar ese momento.

Cuando pudo levantar el rostro, se encontró con la sonrisa de Takemicchi que aceleró su corazón pero también lo hizo sentir como si no tuviera nada qué temer, sin embargo, el rubor de su cara no disminuyó en absoluto.

—¿Te encuentras bien?— la dulce voz del idol lo hizo sentir mejor.

—Sí, sí, gracias.— ya fue capaz de controlar un poco más el temblor de su cuerpo, sintiendo muchísima euforia de un momento a otro.

—Perfecto, por favor, necesito a alguien que nos case, por favor, ¡Taiju! Ven, no hay nadie más que pueda hacer esto, ven, por favor.

Los fans seguían gritando, una multitud estaba pendiente a cada uno de sus movimientos, vio la pantalla gigante y se vio a sí mismo junto al pelinegro, eran una pareja hermosa, buscó a sus acompañantes que estaban con el teléfono en mano, grabando todo lo sucedido mientras le daban ánimo.

Sintió una ráfaga de valor que le hizo darse cuenta que tenía que hacer algo para marcar aún más en la vida de su artista favorito, como si casarse con él en medio de uno de sus conciertos más importantes frente a 15.000 personas y que evidentemente ese evento quedaría grabado para la posteridad, al alcance de todo el mundo, no fuera suficiente.

—Espera, por favor.— llamó la atención del idol, el cual lo miró atentamente, pronunciando un "¿Huh?" y Mikey tuvo que controlarse a sí mismo para no abalanzarse sobre el hombre y llenarle la cara de besos.

Tomó aire profundamente y se dispuso a arrodillarse frente al pelinegro, quién supo inmediatamente lo que rubio iba a hacer. Soltando una risa, el cantante tapó su cara y lanzó el cuello para atrás, mordió su labio para controlar su risa y volvió  a mirar al fan que estaba frente a él.

—Creo que debo hacer las cosas bien, así que permíteme.

El rubio le pidió la mano y cuando Takemicchi se la dio el bullicio de los presentes se acrecentó. El rubio estaba acumulando muchas emociones pero en ese momento se pudo centrar solamente en lo suave y cálida que era la mano de su idol.

—Por favor, cásate conmigo, Hanagaki Takemichi.

Verle la sonrisa avergonzada del idol y como trataba de esconderla tapando sus labios con el dorso de su mano solo lo hizo sentir como si después de eso nunca podría sentirse igual de completo en lo que le quedaba en este mundo.

Takemicchi asintió, aceptando su propuesta, por segunda vez en menos de cinco minutos.

El rubio celebró, alzando los brazos victorioso mirando al cielo agradeciendo a los dioses esa oportunidad. Entre risas, el idol le pidió que se levantara pero aún faltaba algo, así que dijo un "¡espera!" que a pesar de que el ojiazul no pudo escuchar ya que no había utilizado el micrófono le hizo caso ya que pudo leerle los labios, Manjiro se sonrojó por la atención que estaba recibiendo por el cantante.

Di que sí, IdolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora