Di que sí, Idol

02.

Después de aquel almuerzo, el joven se dirigió a la habitación del hotel, donde se puso a escribir en su diario algunas ideas que le habían surgido a lo largo del día y que podrían servirle para futuras canciones. Pasaron unas dos horas y el cantante fue interrumpido por la visita de dos chicas, eran Luna y Mana, las hermanas menores de Takashi Mitsuya. Las recibió amablemente, Luna era una chica de 19 años mientras que la más joven tenía 17, ya que ambas estaban de vacaciones de la universidad y del instituto, así que  decidieron acompañar a su hermano mayor en el trabajo por la gira.

Pasaron una hora y media mientras hablaban, las escuchaba hablar de su vida escolar, sus historias de familia y sus romances, disfrutaba mucho pasar tiempo con ellas, ya que le había costado mucho ganar el afecto de las niñas cuando eran más jóvenes. Así que no notó la hora hasta que que era el momento de partir hacia el lugar en el que se iba a hacer el concierto.

El tiempo pasó más rápido de lo que él habría pensado, así que faltaban dos horas que el show iniciara, el ojiazul llegó al estadio en el que se iba presentar, bajó de la ban y se dispuso a saludar a sus fans, tal cual lo hacía en todas las demás presentaciones, pero Taiju, su guardaespaldas, le tapó el camino y lo dirigió directamente al camerino, lo cual se le hizo raro, ya que todavía tenían bastante tiempo para arreglarse, así que podría pasar algo de tiempo con sus fans, le preguntó el por qué pero Taiju guardó silencio y mantuvo su expresión seria.

Ya cuando fue arrastrado unos 50 metros por aquel hombre pudo caminar libremente, así que aún extrañado por la acción de su guardaespaldas, entró al camerino donde lo iban a arreglar para la presentación. Saludó amablemente a todos en la habitación, se sentó frente al tocador, se sentó y decidió esperar por su maquilladora, buscó su teléfono y una de las chicas del staff que estaba ahí se le lanzó encima tomando su celular y se lo rapó de la mano. El pelinegro se sorprendió, ni siquiera supo cómo reaccionar cuando la chica salió corriendo con el apartado lejos de aquel cuarto.

Segundos después, Yuzuha, su maquilladora, atravesó la puerta saludando amablemente, pero frunció su ceño cuando observó al joven que se mantenía mirando estúpidamente la puerta con la mano estirada y la boca abierta.

—¿Takemichi-kun?— trató de llamar la atención del pelinegro y él volvió en sí bastante rápido, dándole una mirada avergonzada y una tierna sonrisa, Yuzuha sonrió, esa sonrisa siempre la haría sentir mejor.

—Ah, Yuzuha-chan, disculpa, estaba distraído, acabo de ser robado por una chica del staff.— comentó y se sobó la nuca.

—¿Qué?— preguntó aquella chica riendo por lo absurdo que acababa de escuchar.

—Sí, sólo tomó mi celular y salió corriendo.— respondió mientras observaba como la chica acomodaba su maquillaje para hacer su trabajo, la castaña estaba extrañada por la acción de la otra muchacha.

—¿Por qué lo habrá hecho? Sí fuera una ladrona habría hecho las cosas de una manera más discreta, ¿No? Seguramente Taiju la atrapa en un segundo y te trae el teléfono.— comenta Yuzuha mientras agarra un algodón y agua micelar para limpiar el bello rostro de idol. El chico cerró los ojos mientras se dejaba hacer lo que fuera de su amiga y un pequeño "hmmm". Ella pasaba aquel algodón de la manera más suave posible, era su momento favorito del día. —¿Quieres que te pase mi celular mientras tanto?

Dos "no" resonaron en la habitación, uno muy amable y agradecido por parte de Takemicchi y otro en un tono desesperado por parte de Koko que acababa de llegar, Yuzuha y Takemichi lo miraron extrañados, y este se tuvo que aclarar su garganta y acomodar su corbata.

—Quiero decir, si Takemicchi se distrae puede hacer que te demores en tu trabajo y hacer que todo se atrase y el tiempo es dinero.

Tanto el músico como la maquillista intercambiaron miradas sospechosas y continuaron en lo suyo.