26.

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Aquella escena parecía estar guionizada, en donde ambos protagonistas han pasado por un desarrollo de personaje que les dibujaba el camino de regreso al otro.

La realidad es que Takemichi sentía ganas de vomitar tan sólo por ver a la mujer, y ella estaba demasiado avergonzada de verlo a los ojos luego de haber hecho todo lo que le hizo en el pasado. La mujer miraba hacia el suelo mientras sentía su pequeño cuerpo temblar.

—¿Puedo pasar? Tenemos cosas de qué hablar...

La voz de Hinata salió en un susurró, cuidando cada una de las palabras que salían de sus labios, mientras que Takemichi estaba demasiado conmocionado como para reaccionar. Confundido, dejó pasar a la chica mientras fruncía el ceño. La mujer empezó a caminar hacia el interior con cautela, como si no hubiera estado ahí antes, como si no hubiera sido la mujer de la casa.

El hombre le indicó que se sentara en el sillón y ella obedeció, Hanagaki tomó el asiento más apartado y se le quedó mirando sin expresión alguna. La mujer estaba sentada ocupando el menor espacio posible, en todo el lugar se sentía una tensión, haciendo que fuera difícil el simple hecho de respirar tanto para Hanagaki como para la castaña.

Hinata jugaba con las mangas de su suéter, ninguno de los dos sabía cómo empezar esa conversación, Takemichi movía ansiosamente su pierna derecha mientras se cruzaba de brazos, le era difícil simplemente pasar saliva.

—¿Y bien? —el hombre cortó el silencio intentando que su voz no sonara tan hiriente, cosa que no logró por completo, ya que la castaña se estremeció en su lugar, ya tan acostumbrada a los tratos dulces del que iba a ser su esposo. Levantó la mirada con vergüenza, teniendo dificultad incluso para respirar, parpadeó varias veces antes de ser capaz de formular alguna sílaba.

—Lo siento, Takemichi-kun... Lo que hice no tiene perdón. —soltó con la voz suave, sus ojos se encontraron con los del idol, quien sintió una presión en su pecho, ¿Por qué una parte de él quería ir con ella y decirle que no importaba, todo con tal de quitarle esa triste expresión de su bello rostro?

Pero simplemente no podía, había sufrido mucho por ello, la incertidumbre del por qué se habían atrevido a hacer algo así le carcomía la cabeza. Frunció el ceño antes de responder.

—Tienes razón, es imperdonable. —escupió con rabia, sintiendo el veneno en cada una de las letras, el corazón de Hinata se estrujó en su interior y Takemichi pudo sentirlo, pero no podía retractarse o se vería débil, haciéndolo aún más vulnerable, cosa que no se iba a permitir.

—Yo... sé que no hay nada que pueda hacer para reparar el daño que te hice, pero no quiero que pienses que no te amo, porque para mí eres la persona más importante de mi vida, si pudiera volver el tiempo, repararía cada uno de mis errores, lo juro. —dijo la mujer y Takemichi no pudo evitar soltar una risa irónica, hiriendo aún más a la castaña.

—¡Qué bueno que me amas! Imagina que me hubieras odiado. —dijo con una falsa sonrisa mientras se levantaba a ir por algo de beber, llevando una botella de agua a Hinata quien la recibió avergonzada, volvió a tomar su sitio mientras los ojos de la mujer ya se estaban humedeciendo.

Si antes le hubieran dicho a Takemichi que estaría viendo llorar a Hinata y no correría a limpiar sus lágrimas y consolarla él se habría reído y decirle que no había una mínima posibilidad de que eso pasara. Sin embargo, se había casado con un completo desconocido en el último concierto de su tour y se había terminado por enamorar de él al encontrarlo en una ciudad en la cual pensaba pasar unas pequeñas vacaciones con su futura esposa, nada era realmente imposible.

—Sé que debes estar enojado, lo entiendo, sé que no quieres saber nada de mí, y lamento haber venido aquí... —expresó con voz rota la castaña, Hanagaki tuvo que retirar su mirada para pasar saliva, su enojo iba incrementando poco a poco. Se dio cuenta que Hinata realmente no lo conocía, él sólo deseaba una explicación y unas disculpas sinceras para pasar página.

Di que sí, IdolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora