-Llegamos –Ángel se bajo del vehículo y lo rodeo, abrió la puerta del copiloto y la trasera y observo como las hermanas salían del auto –Os digo un secreto –Bajo la voz y se acerco a las dos –Si fuera hetero, esta noche seria una tortura a vuestro lado.
-Deja de decir tonterías anda –Mireya rio mirándole divertida
-¿Tu con las dos? No podrías –Lucia alzo ambas cejas
-¡Luci! –Mireya la miro escandalizada
-Lo sé –Ángel se encogió de hombros y señalo la puerta del hotel –Por eso pedí ayuda
Ambas hermanas miraron en aquella dirección y se encontraron con un Diego disfrazado de romano, con una sonrisa inmensa y una rosa en su mano.
-Ahí está tu pareja de esta noche –Ángel sonrió a Lucia y después miro a Mireya y le guiño un ojo
-Diego –Lucia camino despacio, con su bastón, que el mismo Ángel le había regalado, con tallados y pintado en dorado a juego con su disfraz de romana. Cuando llego a la puerta, él le tendió la rosa y la tomo del brazo. Ambos se giraron para mirar a Mireya y Ángel y sonrieron, después entraron al hotel.
-Gracias –Mireya aguanto las lagrimas en sus ojos y tomo el brazo de Ángel con fuerza
-Todo el mundo se merece su cuento con su príncipe –el sonrió, miro al frente y suspiro –Lastima que tu príncipe sea un ceporro
-Anda vamos –Mireya negó con la cabeza sonriendo
-Sabes que está ahí ¿verdad? –Ángel la observo de reojo mientras se acercaban a la puerta del hotel
-Si –ella respondió sonriendo, con la cabeza en alto
-Por eso este disfraz –Ángel sonrió divertido
-Si-.y ella contesto con cierta osadía
-Va a ser una noche muy divertida –atravesaron la puerta y se cruzaron con una multitud de gente disfrazada que iba en dirección a la sala.
Todos los años la empresa de publicidad para la que trabajaba Ángel, organizaba una fiesta de disfraces, tanto para los trabajadores como para los clientes.
ESTÁS LEYENDO
Wife
ChickLitUna Wife. Eso había terminado siendo Mireya Santos. ¿Qué es? Es una mujer sin escrúpulos, sin corazón, una mujer que se vende por dinero. ¿una prostituta? Algo muy parecido. Las Wife eran las mujeres de alquiler de la alta sociedad, para aquellos c...