-¿Quieres estarte quieto? –Marcela miro a su hijo molesta
-Huele muy bien la verdad –Gonzalo tomo asiento a la mesa, observándoles con una sonrisa
-Pues ahora a comer –Mireya tomo el plato donde se encontraba el bizcocho y lo llevo a la mesa. Dejándolo en el centro comenzó a partirlo.
-Muchas gracias Mireya –Diego se sentó sin apartar la vista del dulce
-Espero que os guste –repartió los trozos en los platos
-Esta muy bueno –Marcela hablo tras llevar un trozo de bizcocho a la boca
-Robert –Gonzalo observaba la puerta sorprendido
-Hola –el saludo parado en la puerta
-¿Quieres un trozo Robert? –Y Mireya lo observo con una sonrisa, después se aparto señalando una de las sillas que quedaban bacías –Ven, siéntate con nosotros.
-Gracias –y sorprendiendo a todos Robert se sentó y acepto el trozo de bizcocho que Mireya le dejo sobre la mesa
-¿Puedo tomar otro? –Diego que acababa de engullir el ultimo trozo del suyo la miro sonriendo
-¡¡Quieres dejar de comer como si nunca en tu vida hubieras probado un bizcocho!! –Marcela miraba a su hijo furioso
-No tan bueno –el bufo molesto –Los tuyos no son tan esponjosos
Y todos rieron de la indiscreción del chico, mientras seguían compartiendo una buena merienda inmersos en su felicidad.
Tan inmersos que ninguno se había dado cuenta que había otra persona más en la casa.
Mark Cardoni entro y dejo las maletas en la entrada, frunció el ceño mirando a su alrededor y aspiro aquel delicioso aroma que llego hasta el.
-¿A que huele? –camino despacio hacia la cocina desasiendo la corbata que llevaba ya bastante tiempo estorbándole. Escucho risas y sorprendido se dirigió a la cocina, se paro bajo el umbral de la puerta, observando cómo sus empleados charlaban y reían, sentados a la mesa y con Mireya.
-¡¡Otro no!! –Marcela se negó a dejar que su hijo comiera un tercer trozo de bizcocho
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Wife
ChickLitUna Wife. Eso había terminado siendo Mireya Santos. ¿Qué es? Es una mujer sin escrúpulos, sin corazón, una mujer que se vende por dinero. ¿una prostituta? Algo muy parecido. Las Wife eran las mujeres de alquiler de la alta sociedad, para aquellos c...