Hay dos razones por las que decidí trabajar para ella. La primera: La mirada soñadora que tenía su primer día. Y la segunda... Bueno, esa la averiguarán con el tiempo.
..
..
..
—National City —
-Señorita Danvers, le suplico que no...-
-Steve, no tengo tiempo para firmar documentos inútiles ahora — Él traga pesadamente — Voy 5 minutos tarde al trabajo porque quieres que siga un protocolo absurdo, llevo más años aquí que tú, y te aseguro que no planeo un atentado contra los Luthor-
-Lo sé, pero...-
-Un minuto — Acomodo la pila de folders en mi brazo, y comienzo a marcar un número — Hola, Xavier, voy tarde, ¿Puedes decirle a Steve que me libere? — Coloco el altavoz y el celular frente a su rostro.
< ¡¿QUÉ DEMONIOS HACES?! ¡DÉJA IR A LA SEÑORITA DANVERS! ¡¿SABES LO QUE TE HARÁN LOS LUTHOR POR RETRASARLA?! >
-Yo, sí, lo siento Señorita Da...-
-Sí, sí, gracias Xavier-
No le permito a Steve decir nada más y salgo inmediatamente de la bóveda con todos los archivos que ahora me han entumecido el brazo. Ciertamente no le agrado a Steve, pero no había necesidad de retrasar mi salida sólo por una estúpida firma. En otras circunstancias no me negaría, pero todos aquí saben que tengo pase y salida directos, así que esto es personal, y debí actuar así para que me dejara en paz.
En este momento la Señorita Luthor ya debió olvidar que me dirigía hacia acá, no la culpo por tener mala memoria, también la tendría si una despampánate pelirroja sexy me hubiera mantenido despierta toda la noche y anulado las neuronas con sexo. Sólo que tiende a ser dramática cuando llego tarde, no sé sí se deba a que no tiene idea dónde empezar o porque le gusta molestarme, en lo personal, creo que es la segunda opción.
Conduzco a una velocidad relativamente rápida, quisiera ser como esas personas de aquella película sobre carreras que creen mucho en su familia para llegar al espacio con un Mustang, me haría el viaje más fácil, aunque posiblemente termine en prisión y es algo que no pienso vivir nuevamente. Freno bruscamente frente a la empresa e inmediatamente el chofer de mi jefa se acerca, le lanzo las llaves e ingreso al edificio.
Todos me saludan al pasar y yo respondo rápido, entregándole algunos sobres a la recepcionista, entrando al ascensor privado. Ajusto mis gafas y camisa blanca, mirándome en la pared metálica, peinando un poco mi cabello, y en cuanto las puertas se abren, escucho la voz de mi jefa preguntándole a la pobre Helen por mí, la cual no logra responder pues ella me mira acercarme a la barra para acomodar mis folders, y en ese momento mi celular vuelve a sonar.
- ¿Hola? — Escucho al organizador del evento — Lo lamento, pero la señorita Luthor no podrá asistir al evento, pero envió un donativo...-
-Descuida, ya la encontré — Su tono de voz indica mal humor — ¿Dónde estabas? –
-No me sorprende que no lo haya olvidado — Respondo mientras organizo los folders — Pero me ordenó que pasará a la bóveda antes de llegar, Señorita Luthor — Levanto la mirada sonriendo al ver su mandíbula tensa — ¿Mala noche? — Comienzo a caminar y ella me sigue.
-No importa, sólo dime que tienes todo-
-Por supuesto, aunque Steve como siempre interfiere en mis salidas rápidas — Viro los ojos, y ambas ingresamos a su oficina.
ESTÁS LEYENDO
¿Quién soy...? Sin Ti
RomanceEllas han sido jefa y asistente por siete años, se conocen perfectamente, y aunque todos creen que hay algo más por esa conexión, realmente son un excelente equipo. Una es el cerebro y la otra es el rostro que cierra los negocios, un par sinigual, q...