- 16 -

6.1K 701 330
                                    

—Al día siguiente —

Escucho la alarma y con pesar debo despertar, al extender mi brazo para apagar el maldito sonido, sentada en la cama, bostezo mientras estiro mis brazos, pero en cuanto mis ojos se posan en el escritorio, me levanto rápidamente asustada al no ver el boceto que dejé la noche anterior aquí. Miro la ventana abierta y ahora mis ojos se abren de pánico, no, no puede ser.

- ¡Kara! — Grito y de inmediato aparece, tambaleante por el sueño.

- ¿Qué? — Se acerca aun con ojos cerrados — ¿Qué pasa? ¿Volvió a caerse de la cama? Creí que ya había superado ese... -

- ¡No! — Exclamo y ella salta, despertando al fin — ¡El boceto! –

- ¿Boceto? — Ladea la cabeza confundida — ¿Ha estado dibujando de nuevo? –

-Es un boceto importante — Me dejo caer en la silla, triste — ¿Cómo pude haber olvidado cerrar la ventana? –

-Bueno, estaba muy cansada ayer, es comprensible, pero, ¿Qué boceto es? –

-De la niña que conocí — Me mira con sorpresa — La que me salvó aquella noche, y ahora... — Apunto a la ventana abierta — Se ha ido de nuevo-

-Tal vez pueda dibujarla de nuevo-

-No lo sé, no soy experta en dibujar rostros — Exhalo, tallando con fuerza mis manos en rostro — Debí pedirte que durmieras aquí, entonces esto no habría pasado-

-Lo siento — Se coloca de cuclillas a mi lado — Pero, tal vez, algo no quiere que la encuentre-

-No comiences con supersticiones como Sam — Me levanto enfadada — Suficiente tengo con sus patrañas, para que tú quieras imitarla-

-De acuerdo, no diré más, pero el boceto ya no está, ¿Qué hará? –

-Lo pensaré-

Kara simplemente asiente y me da un abrazo, ella siempre sabe cuándo necesito uno. Cuando logro recomponerme, nos preparamos para ir a la empresa, tenemos algunas reuniones importantes, aunque me costaba dejar de pensar en el boceto y la manera en que pueda recuperar ese rostro. Hace años que no dibujo, así que no podré reconstruirlo, y contratar a un experto podría ser contraproducente, generalmente estos tienen que hacen investigaciones, y no quiero que medio país se entere de lo que estoy haciendo.

Al llegar a la compañía, nos ponemos a trabajar, ahora todos parecen aliviados de vernos juntas, lo cual me hace reír, quizás no pueda olvidar el boceto, pero creo que ellos y el trabajo podrán distraerme algunas horas. Estaba por levantarme para ir a la copiadora nuevamente, pero entonces el nombre en la pantalla de mi celular me detiene, así que le hago una señal a Kara para que se encargue, por supuesto estaba feliz.

-Madre-

< Alguien me dijo que discutiste con Kara, ¿Es eso cierto? >

-Cuando descubra a tu soplón, lo torturaré — Digo entre dientes.

< No trates de desviar mi atención y responde >

-Sí, discutimos — No tiene caso mentirle a la dama dramática.

< ¿Por qué? Sé que le gritaste de nuevo, ¿Acaso no aprendiste de tus errores pasados? >

-Esta vez se merecía que le gritara, porque tu querida y adorada nuera no me informo que el estúpido gerente que teníamos en el banco, le negó el préstamo, ¿Y a dónde crees que fue? –

< Wayne >

-Exactamente, todo por su maldito orgullo, estuvo dispuesta a retrasar la cirugía de Eliza con tal de no pedir mi ayuda, ¿Ahora entiendes, madre? –

¿Quién soy...? Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora