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6 años atrás...

Era nuestro primer viaje a Londres, la primera vez que decidí llevarla conmigo para ayudarme contra las ancianas amigas de mi madre, y todo salió bien, hasta que de pronto Kara desapareció de mi vista. Era Navidad y quería llevarla a beber chocolate como agradecimiento, y quizás lanzarle una bola de nieve por haberme empujado a charlar, pero ya no estaba a mi lado y eso me pareció extraño, ella no es de desaparecer, así como así.

Entonces escuché quejidos en el cuarto de aseo y al pegar mi oreja a la puerta reconocí su voz. Al abrir la puerta no supe cómo reaccionar al verla sentada en la cubeta con las manos juntas apretadas fuertemente. Estaba temblando y sabía que no era por el frío, la mansión tenía calefacción, así que cuando salí de mi impresión rápidamente me acerqué a ella y pude ver sus ojos cerrados, y pude escuchar sus dientes tiritar.

-Kara, ¿Qué pasa? –

-Lena Ella susurró mi nombre por primera vez.

- ¿Sí? –

-Mencionaste que no te gustan los espacios cerrados o el ser tocada, ¿Cierto? –

-Sí, y sólo te he permitido a ti tocarme cuando tuve ese accidente-

-Así es la nieve para mí La miré sin comprender y ella abrió los ojos para verme Odio la nieve, no tolero ni siquiera un copo de nieve De no ser por su seriedad, jamás le habría creído Entonces, me quedaré aquí hasta que no pueda ver esos malditos copos de nieve por las ventanas enormes de tu mansión-

-No puedo dejarte aquí, es incómodo Le dije y ella negó rápidamente así que tuve una idea ¿Qué te parece esto? Te pondrás los audífonos y ataré mi bufanda sobre tus ojos para llevarte a la alcoba-

-Lena, no...-

-Tenemos el salón de música con las paredes selladas, no escucharás nada, eso suena mejor ¿Verdad? –

Kara pareció pensarlo algunos segundos y después asintió haciendo lo que sugerí. Minutos más tarde ya estábamos en el salón de música, ella sentada en el sofá con la vista al suelo y yo sirviéndole un poco de chocolate que Catherine había preparado.

Esa fue la primera vez que vi a mi asistente alegre y fuerte, sombría y aterrada.

..

..

..

En este momento puedo comprender su odio hacia la nieve, quiero decir, si es ella a quien he estado buscando, entonces explicaría por qué no tolera ver siquiera un copo de nieve, ya que desde entonces cada vez que vamos a un lugar donde nieva yo hago todo lo posible para que se mantenga tranquila y ahora puede caminar a través de ella, siempre y cuando yo esté a su lado.

Volviendo mi mente al presente donde la sigo mirando, sólo puedo decir:

- ¿Quieres saber un secreto? — Ella me mira confundida y yo sonrío.

- ¿Secreto? — Afirmo rápidamente, sin dejar de sonreír — Ok...-

- ¿Sabes por qué te contraté como mi asistente? — Me mira con sorpresa.

-Sí — Responde rápidamente — Quiero decir, siempre me he preguntado por qué me elegiste de entre todas las mujeres universitarias que llegaron-

-Porque fuiste la única que me miró como Lena-

- ¿Cómo Lena? — Ladea la cabeza y yo asiento.

-Las demás me miraron como si fuera una especie de celebridad, por supuesto al ser hija de Lillian Luthor pensaban que estaban frente a Taylor Swift o algo así, pero tú no — Muevo mi cabeza, divertida — No sé cómo explicarlo, pero algo en ti me atrajo de una manera extraña y cuando inicié la entrevista supe que tenías más materia gris que todas esas graduadas y como ambas sabemos reconocí eso después de la mierda que dije-

¿Quién soy...? Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora