El primer beso que Lena dio fue a los 14 años, fue en el cine con un chico llamado Jack y desde ese instante supo que los hombres no eran para ella. Su segundo beso lo recuerda de mejor ánimo ya que fue con la capitana de las porristas cuando tenía 15 años y desde ese momento no quiso volver saber más sobre labios rasposos y se fascinó con el sabor de los labiales rosas. Aunque esa segunda experiencia también le demostró que las rubias son criaturas del mal, ya que esa porrista sólo la utilizó para experimentar y ella ya se veía como su novia, y sí, tal vez fue demasiado estúpida, pero no volvió a besar a otra rubia hasta que Eve apareció y una vez más entendió que no son su tipo. Sin embargo, ahora cree que puede darle otra oportunidad al cabello rubio, sobre todo si le pertenece a Kara.
El primer beso de Kara fue a los 15 años con una señorita de último grado llamada Kelly, era hermosa y dulce con la piel más brillante que haya visto nunca. Le gustaban sus ojos marrones y esos labios gruesos que le enseñaron a besar muy bien. Por supuesto sus besos no duraron demasiado ya que ella se graduó. Después de Kelly probó más labios en toda la secundaria generándole problemas a sus padres adoptivos quienes a pesar de querer reprenderla siempre terminaba riendo al ver el rostro de su hija con rasguños de señoritas que no aceptaban un término de "relación" ya que Kara siempre fue honesta con lo que sólo quería de ellas. Esto por supuesto enfurecía a Alexandra quien se quejaba de que a ella siempre le impedían salir con algunos compañeros, pero a la que no era su hija sí podía causar todo ese caos. Y entonces Kara le dijo que era diferente pues ella nunca saldría embarazada como lo era su caso. Y el odio incrementó.
La primera relación sexual de Lena fue con Maze en la Universidad, estaba enamorada y creí que era lo mejor del mundo hasta que la engañó con Andrea y probablemente muchas más, pero estaba tan enamorada que nunca pude ver más allá de su rostro y quizás pudo seguir en ese tira y afloja por muchos años más de no ser por Kara, aunque ciertamente tardó demasiado en quitarse a esa sanguijuela de encima.
La primera relación sexual de Kara fue también en la Universidad con Imra, ella era un año mayor y ya había tenido experiencias pasadas por lo que guío a Kara perfectamente hasta que ésta desarrolló su propio ritmo. Por supuesto lo suyo era solamente físico así que cuando decidían probar a alguien más no había dramas o celos ridículos. Por esa razón Kara adora a Imra, fue quien la ayudó a sobrellevar muchas cosas por su aspecto físico y algunos mentales, a pesar de todo eran amigas y lo seguirán siendo.
¿Y por qué hacer este recuento?
Porque ahora con la mente nublada por el alcohol no pueden recordar que esas personas existieron, es como si fuera su primera vez de nuevo ya que nunca se imaginaron en esta posición. Su relación era puramente de trabajo al principio y más adelante se hicieron más cercanas al conocer sus fobias y demás problemas que cargan en la espalda desde hace años. Y en este momento están devorando sus bocas con tal intensidad que el sonido de sus lenguas haciendo contacto es realmente audible, por fortuna están solas en esta granja.
Las manos de Kara ascienden despaciosamente por la cintura de Lena rozando su costado hasta colocarlas sobre los senos de Lena quien gime ante el tacto y de una buena forma, esto la alienta pues sabe que no la está haciendo sentir incómoda. Desprende lentamente los botones de la camisa que porta la pelinegra y sus pulgares rozan suavemente la piel descubierta mientras va abriendo más la prenda y Lena le levanta un poco para que pueda quitársela y ver como vuelta hacia atrás. Tal vez están ebrias, pero saben perfectamente qué hacer en estos casos, sobre todo la pelinegra quien sonríe mordiéndose el labio inferior al abrir también la camisa de Kara dejándola en esa camiseta blanca que se ajusta muy bien a su cuerpo.
-Entonces... — Kara exhala, pestañeando pesadamente — ¿Lo tengo permitido o será cómo te gusta? –
-Lo tienes permitido-
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¿Quién soy...? Sin Ti
RomanceEllas han sido jefa y asistente por siete años, se conocen perfectamente, y aunque todos creen que hay algo más por esa conexión, realmente son un excelente equipo. Una es el cerebro y la otra es el rostro que cierra los negocios, un par sinigual, q...