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—Londres, Inglaterra – Al día siguiente...

- ¿Por qué la señora Lillian me hace esto? Me siento ridícula-

Tengo que contener mi risa ya que estamos en un sitio público. Mi madre tuvo la maravillosa idea de vestir a Kara como uno de esos ancianos que juegan golf, llevando el típico atuendo y ese sweater de rombos que ella desteta, además de esos zapatos blancos que la hacen caminar como si estuviera saltando, he de suponer que es una forma de reprimenda por lo que ocurrió ayer.

-Te ves bien — Menciono con burla y me mira con ojos entrecerrados — Vamos, tenemos que ganar un partido de golf-

- ¿Y quiere que vaya caminando por ahí con esto? — Extiende los brazos.

-Sí, ahora camina-

La tomo del brazo para ayudarla a caminar, ella ajusta su gorra unas cuantas veces antes de llegar a la zona de tiro. Saludamos a los ancianos amigos de mi madre, además de sus hijos quienes, por supuesto querían coquetear, pero, mi madre se encargó de decirles que somos pareja, esta vez no mostramos reacción de desacuerdo, ya que ellos son insoportables y es mejor tenerlos a dos metros de distancia.

Kara y yo llevamos la delantera, lo cual los enfada aún más, esto nos hace reír y mostrarnos más arrogantes, incluso me atrevo a abrazarla para darle un beso en la mejilla, creo que más tarde estaremos riéndonos de esto. Y como era de esperarse, ganamos el primer lugar, enorgulleciendo a mi querida madre, quien no paraba de presumir a su "Nuera" con sus amigas llenas de cirugías.

- ¿Vamos a las duchas? Quiero quitarme esto — Dice, tocando el sweater mientras arruga su nariz.

-Claro, no soporto ver tu gesto de repelencia, me pones de mal humor-

-Genial-

Viro los ojos ante su sonrisa triunfante. Al ir caminando hacia las duchas, nos encontramos con tres señoritas que miran intensamente a Kara, incluso le guiñan y esta se quita la gorra a modo de saludo, devolviéndoles el gesto. En otras circunstancias estaría burlándome de su acción galante, pero ahora, siento un pequeño cosquilleo de incomodidad, sobre todo porque se supone es mi novia, así la que halo del brazo, indicándole que mire hacia el frente.

-No sigas haciendo eso — Murmuro entre dientes.

-Auch, ¿Por qué? — Se queja al tocar su brazo.

-Te recuerdo, que para todas estas personas eres mi pareja, y no pienso quedar como la novia engañada, Kara-

-Oh... — Parece esa imagen del gatito procesando — Cierto, disculpe-

-Sólo, no lo hagas aquí-

Ella me mira algunos segundos y después vuelve su vista al frente, asintiendo. Caminamos en silencio esta vez, quizás es algo incómodo que le haya llamado la atención por esto, pero, no me agrada que mi novia, aunque sea ficticia, haga eso delante de mí. Probablemente porque me trajo malos recuerdos de mi relación con Maze, no puedo creer que haya tolerado ese tipo de acciones hasta hace poco, me detesto.

-Lo siento, no quería sonar así — Le digo cuando llegamos al área de duchas.

-Lo sé, tranquila — Sonríe levemente — Sólo...-

- ¿Qué? — Niega y me acerco, mirándola a los ojos — Dímelo-

-Creo que recordó su vida con Maze — Olvidé que puede leer mi mente en ocasiones — Y le aseguro, que sí usted fuera mi novia, jamás le haría una cosa así-

No puedo decir nada, continúo mirándola, y ella a mí, hasta que escuchamos un carraspeo rompemos el contacto visual, y es así como ingresamos a los cubículos para ducharnos. Kara se oía muy dolida, pero también segura de lo que decía, lo cual es extraño en ella, pues como yo, jamás ha tomado a una mujer en serio, aunque a diferencia de mí, no ha tenido una experiencia mala sobre relaciones, sólo es así, y que ahora me diga esto, me provoca una sensación que no puedo explicar.

¿Quién soy...? Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora