Al siguiente día, al terminar su trabajo, Any se dirigió a la puerta principal para irse a la universidad. Cruzó la puerta de cristal y comenzó a bajar las escaleras, pero a mitad de estas se detuvo, ya que Adam estaba recargado en un auto negro, no era el mismo de ayer y ella alcanzó a ver que no había chofer. Bajó lentamente los escalones que faltaba y llegó hasta donde estaba el chico.
—Hola —saludó Adam.
—Hola. No te vi en todo el día —dijo Any, con una sonrisa.
—Estuvimos metidos todo el día en el estudio ¿Ya vas a la escuela?
—Si.
—¿Puedo llevarte? Quiero darte algo.
Any sintió como si el corazón le saltara del pecho—. ¿Darme algo?
—Si. Sube. —Adam abrió la puerta del copiloto.
Any estuvo a punto de rechazarlo, comenzó a pensar que no se vería bien. Pero apenas era la segunda vez que subía a un auto con él, así que entró en el coche de Adam.
Avanzaron unas cuantas cuadras y ambos se mantuvieron en silencio. De pronto Adam se detuvo a la orilla de un parque.
—Y, bien, ¿qué hacemos aquí? —preguntó ella.
Adam buscó algo en el asiento de atrás. Cuando encontró lo que necesitaba, tenía en las manos un sobre media carta y se lo entregó a Any.
Ella, con el sobre aun cerrado y en sus manos, miró al chico—. ¿Qué es esto?
—Ábrelo.
Any abrió el sobre y sacó tres boletos del próximo concierto de Four Music—. No. No puedo aceptarlo —dijo de inmediato.
—Si puedes.
—No.
—¿Por qué?
—No tienes por qué hacerlo.
—Bien, pero quiero hacerlo.
—No, lo siento. No puedo aceptarlo. —Volvió a poner los boletos dentro del sobre y se lo acercó a Adam con la intención de devolvérselo.
—Dime una razón válida para que no puedas aceptarlos.
—Dime tu, porque si debo hacerlo.
—Porque quiero dártelos.
—Esa no es una razón.
—Para mí sí. —Adam notó que ella no estaba convencida—. Bien, es un regalo de cumpleaños.
—Ni siquiera sabes cuándo cumplo años.
—Cumples años en algún momento del año —bromeó—, así que ese es tu regalo.
Ella no sabía que más decirle—. Estás loco —sonrió, pero de inmediato se sintió un poco abochornada así que miró hacia el parque. No sabía que estaba pasando entre ellos, ni por qué él hacía esto por ella.
—Es probable —respondió Adam. Y mientras ella miraba hacia afuera, él observó el perfil de su rostro y se dio cuenta que, si estaba loco, pero por la chica que tenía a un lado.
Cuando Any miró de nuevo a Adam, se encontró con sus ojos aun clavados en ella. Esto la hizo sentir ruborizarse y tuvo que bajar la mirada, y pudo ver de nuevo ese sobre blanco entre sus manos.
—Gracias —dijo Any en un suspiro.
—No hay de qué.
—Brenda y Lucy se van a poner muy felices —comentó, sonriendo, mientras sacaba de nuevo los boletos.
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Canción De Amor
RomancePara Any lo primordial es conseguir un empleo y terminar la universidad, ni siquiera tiene tiempo para pensar en el amor. Sin embargo, en el intento por cumplir sus objetivos terminará conociendo a la banda de rock favorita de sus amigas. Y uno de e...