Un nuevo comienzo a tu lado

4 0 0
                                    

Mas tarde, cuando despertó, vio que él aun dormía y comenzó a jugar con el escaso vello en su pecho, lo que hizo que Adam también despertara.

—Hola —dijo ella mientras él se tallaba los parpados.

—Hola. —La acercó y le dio un beso en los labios.

Intercambiaron miradas por un momento sin saber que decir. De repente Any sonrió.

—¿Qué? —preguntó Adam, también con una sonrisa.

—No lo sé.

—¿Estamos juntos otra vez? —se atrevió a preguntar para que no quedara la más mínima duda.

Any asintió.

—Sí. Si tú también lo quieres.

—Claro que sí —dijo mientras la abrazaba más.

—Te extrañé.

—Yo igual. No tienes idea de cuánto. —La besó una vez más.

Adam se incorporó para sentarse y ella hizo lo mismo sosteniendo la sabana para cubrirse el pecho. Él acarició su rostro.

—Quiero que sepas que lamento lo qué pasó. Nunca quise lastimarte, yo...

Any rápido puso un dedo en sus labios.

—Lo sé. Olvidemos eso.

—Pero...

Ella de nuevo llevó un dedo a sus labios.

—Lo que me importa ahora es esto. —Any tomó la mano de Adam y la guio hasta su abdomen, donde estaba su bebé—. Tú y él, nada más.

Adam asintió con una sonrisa y sujetó su mentón para besarla.

—Y por mi parte —continuó Any—, quiero que sepas que no hubo nadie más. —Quería dejárselo claro también—. Lo que viste...

Adam la imitó poniendo un dedo frente a sus labios.

—También lo sé. Además, como tú misma lo dijiste, no estábamos juntos y eras libre de hacer lo que quisieras.

—No, no debí dejar que pasara, lo sé. Él solo es mi amigo.

—Ya no hablemos de eso, ¿sí? —Él jaló la sabana dejando al descubierto los pechos de Any—. No hablemos de amigos y menos en este momento. —Y enseguida se acercó a ella para besarlos.

—Está bien. —Cerró los ojos y comenzó a disfrutar de la atención que Adam le ponía a su cuerpo. Empezó a jugar con el cabello de él cuando de repente recordó algo—. Las chicas. —Abrió los ojos de inmediato—. ¡Mis amigas!

—¡¿Qué?! —Adam interrumpió lo que estaba haciendo y la miró, confundido.

—¡Van a venir! Tengo que llamarles.

—Oh, no. Que ni se les ocurra.

—Por eso tengo que llamarles.

Any se levantó para ir por su teléfono, que se había quedado sobre la mesita de la habitación.

—¡Ay, no! —dijo apenas levantó el aparato.

—¿Qué pasa?

—Se mojó. No enciende. —El vaso con agua había caído justo encima del teléfono de Any.

—Usa el mío.

Any levantó el pantalón de Adam del piso y sacó el teléfono del bolsillo. Buscó a Lucy en los contactos y marcó.

Lucy y Brenda ya estaban en camino al apartamento de Any. Las dos iban muy contentas cantando a todo pulmón la canción de Four Music que sonaba en el estéreo del auto de Brenda. Fue entonces que el celular de Lucy sonó. Ella guardó silencio mientras veía el nombre del contacto.

Canción De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora