Mil rosas

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Al siguiente día Four Music estaban reunidos en el estudio, ya era tarde, casi medianoche. Elliot se despidió de sus compañeros y se fue, Dayan y Pablo estaban por irse también, pero ella quería hablar primero con Adam. No había tenido oportunidad de conversar con él en todo el día por lo ocupados que estuvieron, así que le dijo a su novio que lo alcanzaba en un momento.

—Oye, ¿no vas a irte todavía? —preguntó Dayan.

—Sí, solo estaba terminando de revisar lo que escribí —dijo Adam con desanimo y la mirada fija en un par de hojas—. Por más que trato de acomodar las palabras no sale como yo quiero. —Había estado trabajando en otra canción, era su segunda composición en Four music.

—¿Por qué no vas a ver a tu musa? Tal vez te sirva —sugirió Dayan con una sonrisa cómplice.

Adam miró a su amiga y emitió una sonrisa triste, sabia de quien hablaba.

—No creo que quiera verme.

—¡No sé qué les pasa a ustedes!

—¿De qué hablas? —preguntó Adam con el ceño fruncido.

—Tú la amas, ella te ama y ambos dicen que cada uno no quiere saber nada del otro.

—Ella no quiere estar conmigo. Casi salió huyendo de mi apartamento apenas se recuperó.

—Lo hizo porque pensó que ya no la querías allí.

—¡¿Qué?! —inquirió, sorprendido.

—Así es. Ella pensó que no querías hablarle y como de inmediato aceptaste que se fuera, creyó que no la querías cerca.

—Pero eso no es cierto. Yo trataba de no molestarla. Claro que la quiero a mi lado.

—Lo sé y se lo dije.

—¿Qué? ¿Por qué lo hiciste? Ahora pensará que yo te envíe y que la estoy presionando para que vuelva conmigo —comentó, preocupado.

—No, no. Espera. Ella primero me confesó que sigue amándote y que te quiere a su lado. Después yo le dije que tú también quieres estar con ella, que tu comportamiento fue para su recuperación.

—¡¿Enserio te dijo eso?! —Se levantó de la silla.

Dayan asintió.

—¿Pero por qué te lo dijo? —preguntó con los ojos entrecerrados— ¿Qué más le dijiste?

Dayan apretó los labios.

—Dayan —insistió Adam.

—Bueno... Tal vez le dije que te irías de viaje a la playa con tus excompañeros de universidad. Y creo que se acordó de tu ex.

—¡¿Qué?! Te dije que no pensaba ir. No tengo ánimos. Además, estamos muy ocupados aquí.

—Sí, pero sirvió. Ella de inmediato dijo que te quería a su lado. Le dije que fuéramos a buscarte, pero no pude convencerla.

—Lo ves. Tal vez ahora piense que quiero ir a buscar a mi ex.

—Eso no lo consideré —dijo y luego, preocupada, se mordió el labio inferior.

Adam negó con la cabeza.

—No, ya veo que no.

—No, estoy segura de que no piensa eso. Quiere recuperarte tanto como tú a ella.

Adam permaneció en silencio.

—Ya sé, ¿por qué no vas a buscarla tú?

Él de nuevo miró a su amiga.

Canción De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora