Canción De Amor

Ya no confío en ti

Al siguiente día Any no asistió al trabajo, Lucy entró en la habitación para saber si su amiga se encontraba bien, pero ella apenas estaba despertando.

—¿Qué hora es? —preguntó Any, somnolienta, y se incorporó un poco.

—Ya pasan de las diez.

Any volvió a acostarse.

—¿Quieres algo de desayunar? Anoche casi no cenaste nada.

De repente Any se levantó de la cama y salió corriendo hacia el baño. Lucy salió tras ella y se quedó de pie junto a la puerta, pensó que tendría algún tipo de crisis y que volvería a llorar, pero solo la escuchó vomitar.

—¿Estás bien? —preguntó, cuando Any salió del baño, unos minutos más tarde.

—Sí, creo que sí. Tal vez no me cayó bien la cena.

—Entonces, ¿vamos a desayunar? Lucas ya se fue al trabajo, así que solo seremos tú y yo.

En ese momento Any notó algo de lo que no se había percatado antes y miró a Lucy.

—¿Por qué no estás en el trabajo?

Lucy sonrió.

—Renuncié al restaurante.

—¿Qué?

—Vamos abajo, allá te cuento.

Cuando las dos estaban en la cocina, Lucy continuó:

—Pues sí, ayer. Bueno, lo hice hace unos días, pero ayer fui a despedirme y me organizaron algo.

—Ni siquiera te había preguntado. Discúlpame.

—No importa.

—¿Y por qué lo hiciste?

—Ya había pasado mucho tiempo ahí. Y sé que debí encontrar un trabajo antes, pero la verdad ya estaba algo aburrida.

—Te irá bien, ya verás.

—Confío en que así sea. —Lucy tomó un sorbo de café—. Anoche vino Adam.

—¡¿Qué?!

—Sí.

—Era obvio que Dayan le diría donde estoy.

—Any, por favor, aunque no se lo dijera él sabría donde buscarte. De hecho, me sorprendió que no se presentara antes.

Any se encogió de hombros.

—Gracias por no permitir que me viera.

—Insistió mucho y...

—¿Qué?

—No sé, parecía muy desesperado. Casi me ruega que lo dejara verte.

—¡Ay, por favor!

—¿Y si hay alguna explicación para todo esto?

—¡¿Es enserio?! ¿Te vas a poner de su parte? Dayan está de su parte, sus amigos, obvio lo están, y ahora tú. Solo falta que llegue Brenda dando saltitos y diciéndome que lo perdone.

—No. No estoy de su lado. Y Brenda sería la última en estarlo. Y no estoy diciendo que lo perdones, pero creo que deberías escucharlo.

—Ponte en mi lugar. Imagina que tú viste a Lucas. ¿Qué harías?

—Bueno, yo sí le pediría una explicación. Si tenemos un compromiso y él lo traiciona, creo que si merezco saber por qué.

Any solo negó con la cabeza y suspiró.